ACSOJA 2014
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En el Salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Rodolfo Rossi inauguró el encuentro que celebra el décimo aniversario de ACSOJA, la entidad que preside.
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"Nunca buscamos ser la única opción"
"Nunca fue el objetivo de nuestra entidad aumentar indefinidamente la superficie dedicada a la soja o convertir al cultivo en casi la única opción de siembra. En esto siempre fuimos claros", dijo Rodolfo Rossi, presidente de ACSOJA, al inaugurar la celebración del 10° aniversario de la entidad. "Hay una multiplicidad de factores que han llevado al país a una desproporción de cultivos que atenta contra la sustentabilidad misma del sistema productivo y de la cadena de la soja", afirmó en el Salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires frente a numerosos representantes de los distintos eslabones de la cadena de la soja. Luego de describir el crecimiento del cultivo durante las últimas décadas, Rossi señaló que "el complejo soja se convirtió en el pivote para el desarrollo y la expansión de la frontera agrícola, con una agroindustria potente, con impacto positivo sobre el empleo y el desarrollo regional, y con calificados recursos humanos en todos los niveles". "Ya en el nuevo siglo, la soja se posicionó como el principal sector de la economía, por mérito y competitividad propia y por la falta de crecimiento de los otros sectores. Hoy es la mayor fuente de divisas del país". "A esa altura, se hacía imperioso contar con una entidad que permitiera articular los diferentes sectores y a la vez pensar a futuro una cadena de valor sustentable". Así se llegó en 2004 a la creación de la Asociación de la Cadena de la Soja -ACSOJA- "con el objetivo de promover la investigación y el desarrollo de la soja y sus derivados, en lo referido a la producción, elaboración y comercialización interna o externa de dichos productos, directamente y/o en colaboración con organismos públicos, mixtos o privados, del país o del exterior". "El compromiso de las entidades y de sus hombres ha sido destacado -dijo Rossi-. La búsqueda y el logro de consensos frente a las más variadas situaciones y temas le han dado una fortaleza que la han convertido en una institución representativa del sector sojero a nivel local e internacional". "Los precios internacionales favorables hicieron lo suyo, pero fue el incremento de la demanda de granos de soja y de sus subproductos la causa del aumento de la superficie y del volumen de producción. El mundo se muestra "soja dependiente", traccionando sobre la demanda, y los países aptos como el nuestro responden con mayores inversiones y producción", dijo Rossi. "Hoy sabemos de la controversia sobre el impacto que tiene la agricultura sobre el ambiente, por lo tanto para aumentar los rendimientos tenemos que plantear una agricultura con Buenas Prácticas y un enfoque intensivo. Si los rindes crecen al ritmo de los últimos años, la necesidad de aumento de la superficie será mínima, pero si los rendimientos aumentan a un ritmo mayor habremos logrado el resultado perfecto", continuó. Al referirse a las limitantes que encuentra el cultivo en el país, Rossi señaló que "los condicionamientos que imponen al sector las políticas económicas, que en nuestra valoración son equivocadas, son un factor que no solo afecta las reglas claras para aumentar la producción sino que infunden desánimo a la base de la estructura productiva". "Hoy estamos en riesgo de perder competitividad entre los países productores -enfatizó Rossi-, la misión es no perder lo ganado y potenciarse para un futuro mejor". "En cuanto a la percepción pública de la cadena y toda la controversia instalada, sabemos que estamos ante una antigua y larga campaña, que si bien estigmatiza a un determinado cultivo, como la soja, en realidad encierra un ataque a todo el sistema agrícola moderno". Rossi calificó como "intensa y fructífera" la relación que mantiene ACSOJA con otras asociaciones que representan a cadenas de otros cultivos, como Maizar, Asagir y Argentrigo. Al respecto señaló "nuestro compromiso y responsabilidad, en la definición de políticas públicas. Como se expresó en el último Congreso de Aapresid, junto a varias organizaciones representativas del amplio sector agropecuario y agroindustrial, queremos ser colaboradores estratégicos del Estado. Ese es nuestro mayor compromiso".
"La soja, protagonista de la década"
Dos profesionales de los agronegocios presentaron en la jornada de ACSOJA los datos que dan cuenta de la importancia estratégica de la oleaginosa en el presente y en el futuro del país. Iván Ordóñez, del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA, fue el encargado de compartirle al auditorio reunido por ACSOJA, el estudio realizado junto a Sebastián Senesi sobre el impacto de la soja en la economía argentina. En pocas líneas y para tener en cuenta la magnitud que el sistema de agronegocios de la soja tiene para los argentinos, Ordóñez indicó que representa el 5,5% del PBI, genera el 26% de las divisas que ingresan en concepto de exportaciones -el 58% del total corresponden a los agronegocios- y el 10% de la recaudación fiscal del país. En 11 años, el complejo sojero aportó 45 mil millones de dólares y en el 2013 generó el 56% de las retenciones. Y para desmitificar que la soja no da empleo, Ordóñez destacó que se trata de un complejo andamiaje de contratos entre más de 277 mil actores que articulan oferta con demanda, con fuerte impacto regional. En la campaña 2012/13 el sistema de la soja invirtió por 2,6 mil millones de dólares y generó productos por un valor total de 30,9 mil millones de dólares, lo que implica que por cada dólar de insumos, el resultado generado fue de 12 dólares. Basándose en el trabajo presentado, Ordóñez argumentó que precios de la soja con menos potencial e incrementos en los costos pueden reducir ese ratio a 9 dólares. De cara al futuro, el consultor destacó que se puede esperar un menor ritmo de inversión en los próximos 6 años, aunque de todas formas se prevé un incremento significativo. Uno de los ejes que da respuesta al crecimiento está dado por la demanda sostenida, que desde 1980 y con proyección a 2020, se basa en un consumo humano de proteínas animales en crecimiento, un fuerte cambio de forrajes a subproductos de oleaginosas y maíz en el mix para el ganado y un incremento en la utilización de maíz y soja para la producción de biocombustibles. También en ese período se mantiene la tendencia del crecimiento urbano. El aumento de la población urbana es 5 veces más rápido que la rural. La tendencia aparece más marcada en las economías emergentes, particularmente en Asia, donde es 7 veces más rápido. En tanto que el crecimiento del PBI per cápita es 2 veces más rápido en las economías emergentes, lo que lleva a una mejora en las condiciones de vida creando una nueva clase media global. En este marco, además, los usos del grano son significativamente superiores a la producción: un 7,9% PBI/Cápita, un 3,5% del consumo de carnes y 5,1% de biocombustibles. "Esto se resuelve solo con precios crecientes", dijo Ordóñez. El profesional de la FAUBA destacó que Argentina está en el TOP3 de los productores globales de soja. Brasil y Argentina son los mayores productores del MERCOSUR. En paralelo, el ratio de crecimiento de Estados Unidos y Canadá disminuye significativamente debido a la reducción del área destinada a la agricultura, y el resto del mundo no tiene condiciones técnicas o institucionales para ser un actor relevante en la producción del cultivo. Por esto, está proyectado que el 48% del crecimiento de la producción de proteína vegetal en el mundo tendrá lugar en el MERCOSUR", apuntó el orador. En estos 10 años, el área de soja creció a un 5% anual, mientras que la producción a un 4%, siendo Buenos Aires la provincia con crecimiento de mayor superficie. Se incorporaron al área agrícola 9,1 millones de hectáreas. "La soja avanzó sobre áreas tradicionales de la agricultura. La soja no avanzó sobre áreas vírgenes. Creció al ritmo del 10% anual en la provincia de Buenos Aires. La soja no es responsable del desmonte ni expulsó gente", apuntó Ordóñez. El rinde promedio de la soja aumentó en todo el país a razón de 0,7% anual desde 1990, gracias a mejoras genéticas, insumos y manejos que se adaptaron a los distintos climas del país y al mismo tiempo permitieron la expansión de la frontera agrícola. Las proyecciones más optimistas indican que la cosecha anual de soja alcanzará las 61 millones de toneladas a 2020 basadas en incrementos de la productividad. "Vemos que el crecimiento de las hectáreas sembradas ya pasó. Ahora va a crecer la producción a 3,4%", dijo Ordóñez. El grueso de la producción argentina de soja se procesa y se exporta manteniendo el liderazgo en los mercados globales en los últimos diez años. El complejo exporta el 86% de la producción y procesa el 69%. Aunque el agregado del biodiesel elevó el nivel de consumo local al 49%. En un escenario de corte B20, el abastecimiento integral para biodiesel demandará un total de 16 millones de toneladas de grano de soja, casi 5 millones de hectáreas. El uso en biodiesel es lo que hará la diferencia. Adicionalmente a sus tres productos más conocidos existen un sinnúmero de subproductos que impactan en la vida de los argentinos, encontrándose en más de 1.018 productos presentes en los supermercados, a los que se suman otros de usos industriales. "La soja no puede ser responsabilidad de ninguna enfermedad, es un cultivo con propiedades para la salud", dijo Ordóñez. El mundo emergente es el principal comprador de soja argentina en sus distintos formatos. Las exportaciones de soja se destinan principalmente a economías emergentes alcanzando un alto nivel de diversificación, pero China es el primer comprador global. Argentina posee el cluster de molienda de soja de mayor porte del mundo que supera por mucho a la producción, con una capacidad de procesamiento que supera las 65 millones de toneladas anuales, sobre 33 millones destinadas a procesamiento. El 85% de la producción agrícola argentina se da a menos de 500 km de algún puerto. El camión es la modalidad de transporte de mayor uso, lo que ejerce una presión significativa en la red vial, que debe absorber una cosecha de verano que supera las 70 millones de toneladas en 4 meses. La soja es un cultivo con un gran potencial de apropiación de valor por parte del obtentor, indicó Ordóñez para aclarar que la industria semillera ha participado activamente en el desarrollo de nuevas variedades en estos últimos 10 años. En ese tiempo se registraron 45% más de variedades que en toda la historia del país, mientras que al evento RR se sumaron Intacta y otros 3 más alcanzando los 5 eventos registrados. En materia de biotecnología, el estudio destaca que en forma temprana se verá una expansión en la adopción de la resistencia a insectos (hemípteros, chinches y lepidópteros), resistencia a nematodos (nematodo del quiste), resistencia a enfermedades (roya asiática y hongos), aumento del rendimiento, incremento de aceite y mejor eficiencia para forraje. En tanto, para los próximos 5 años, hay desarrollos avanzados inherentes a tolerancia a herbicidas (dicamba, modo múltiple, HPPD, DHT: 2,4-D + glufosinato, GlyTol + HPPD + LL, Imidazolina), resistencia a insectos (2ª generación Intacta RR2 PRO), aumento del rendimiento, Soymega SDA (Omega 3) y Vistive Gold (bajo contenido de saturados, cero grasas trans). El trabajo no obvió mencionar que el esquema tributario genera una serie de trabas que impiden el desarrollo pleno del cultivo. Puntualizó las alícuotas de retenciones, que representan una porción significativa del ingreso de la cadena y reducen fuertemente la competitividad del productor agrícola y las demoras en los reintegros de IVA e impuestos a las exportaciones que también golpean la ecuación de rentabilidad de exportadores. "El desfasaje entre las alícuotas de IVA Crédito que tributa el productor agrícola (21% para todos los insumos con excepción del fertilizante que tributa un 10,5%) y el IVA Débito efectivo que cobran los productores genera una retención que la AFIP demora en reintegrar generando un perjuicio", indicó el autor del trabajo. También destacó la exención para importación temporal de granos: "el cierre de este programa dificultó el aprovechamiento de la capacidad instalada de molienda implicando que la recaudación por retenciones al complejo soja represente el mayor rubro dentro de las mismas". También destacó la necesidad de aplicar una mayor cantidad de fondos fiscales generados por el Sistema de Agronegocios de la Soja al propio sistema, particularmente en infraestructura vial. "El kilómetro de ruta asfaltada solo cuesta 1 millón de dólares. En estos 10 años, con menos del 10% de los recursos generados por las retenciones, se podría haber puesto doble calzada al 100% de las rutas nacionales de la provincia de Buenos Aires", detalló. Elevar el grado de conocimiento por m2 sembrado con apoyo a investigación y desarrollo tecnológico de base y aplicado y generación de información sobre el sistema, incluyendo datos de producción, suelo, clima, transporte, etc, es otro de los aspectos a desarrollar. Al igual que relanzar la relación con el sistema financiero, desarrollar seguros todo riesgo, diseñar un esquema que posibilite elevar el uso de semilla certificada o bajo regalía, utilizar la calidad del grano como factor de agregación de valor y diferenciación, incentivar la fertilización, incorporar nuevas estrategias de manejo de cultivos que permitan combatir las malezas resistentes, y elevar el corte obligatorio de biodiesel para aumentar la molienda local de soja utilizando al máximo la capacidad instalada y elevando la agregación local de valor.
"Hay que procesar más soja en el mercado interno"
Un panel integrado por representantes de la industria analizó los desafíos de cara al futuro del complejo sojero, y el país. La necesidad de agregar valor para diversificar mercados y cortar la dependencia de China, y modificar la forma de transporte de la cosecha fueron temas clave. El aniversario de la cadena de la soja argentina le quitó el velo al futuro del país. Uno de los paneles encargados de presentar la visión a futuro para el complejo sojero puso en blanco sobre negro la necesidad de mejorar la infraestructura y poner el foco en el agregado de valor, como mecanismo de enfrentar los nuevos tiempos. Por la industria, los oradores fueron Gonzalo Ramírez Martiarena, de Dreifus, Alfonso Romero, de Noble, y Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza, moderados por el periodista de Clarín, Sergio Persoglia. Ramírez Martiarena volvió a destacar el crecimiento de la vida urbana en China y del consumo de proteína animal, que no es otra cosa que proteína vegetal convertida, y luego, frita, con aceite. A esto se suma el aumento de los biocombustibles. Hoy, un tercio de la cosecha de maíz de Estados Unidos se destina para etanol, y la cosecha es de 350 millones de toneladas. Pero la relación de la exportación global vs. la importación de China es un tema crucial para el orador, quien anunció que hacia 2020, China estaría importando 130 millones de toneladas de poroto de soja. En la Argentina, de los 55 millones de toneladas que producimos, sólo el 4% se transforma en harina de soja. En Brasil es el 16%, y en EEUU, 26%. "El procesamiento en el mercado interno es lo que hacen bien", dijo Ramírez Martiarena. "Hay que estimular la demanda interna", apuntó. "¿Qué es lo que nos está pasando que destinamos tan poca proteína vegetal para alimentar a nuestros animales?" Continuando con el análisis comparativo de los tres principales jugadores mundiales, el representante de Dreifus indicó que "EE.UU. recompone sus stocks al 11%, venía de 5 en la década anterior. Brasil pasó del 3 al 4% de relación de stocks vs. consumo, y Argentina está en el 23%. En Brasil el stock queda en mano de la industria, en EE.UU. está repartido, y en la Argentina está en mano del productor, que tiene capacidad para almacenar más de una cosecha de soja". La Argentina tiene la capacidad para seguir creciendo en producción. "Pero estamos enfrentando un escenario que no está tan bueno y hacerlo en cadena nos lo hará más sencillo", dijo. Sobre la transparencia de los mercados, Ramírez Martiarena destacó que en la Argentina, todos los días, todo el tiempo, todos sabemos cuánto vale la soja. Esto en Brasil es más difuso, lo mismo en Estados Unidos, donde Chicago representa un porcentaje ínfimo de la producción. En materia de puertos, en la Argentina tenemos capacidad para almacenar dos cosechas. "Que la Argentina tenga más capacidad instalada que producción ayuda a la formación de precios", dijo el representante de Dreifus para acotar que "tener tantos camiones movilizando la cosecha es inviable", apuntó.
Cambiar el transporte para ser más competitivos A continuación, Alfonso Romero, de Noble, reiteró que el 50% del crecimiento de soja esperado tiene que venir de Sudamérica. "Me pregunto si vamos a estar en condiciones de infraestructura para responder a esa creciente demanda", dijo. La principal zona de producción está cerca de Rosario, el 70% sale por ese puerto, y la mayoría está a una distancia de 300 a 400 kms del puerto. En Brasil, 1/3 de la producción saldrá por los puertos del norte en breve, y en Estados Unidos tienen la logística más eficiente, con una distancia de 1100 kms a puerto. ¿Quién va a responder al 25% de crecimiento de volumen de soja que se está esperando?, dijo Romero y apuntó a la infraestructura del transporte. En la Argentina, el 80% se traslada en camión, 4% en barcazas y 13% en ferrocarril. En Brasil, el ferrocarril es el 33%, la hidrovía 7% y 60% el camión. En Estados Unidos, el 61% es hidrovía, 23% ferrocarril y 16% camión. "Si miramos la eficiencia, pagando 50 dólares por tonelada, somos el país menos competitivo. El transporte menos competitivo es el camión y también el sistema más importante en nuestro país", dijo. Hacia 2025, el ferrocarril Belgrano Cargas debería trasladar 10 millones de toneladas. Hoy lleva 1.2 millones de toneladas. "Este es un buen elemento para mejorar nuestra matriz de transporte", apuntó. "Por debajo de 365 dólares por tonelada de soja, en campo alquilado, el productor no siembra soja y el precio mínimo es de 332 dólares por tonelada en campo propio. Toda la serie de costos ocultos hace inviable la producción. En Brasil, estos precios mínimos son mucho menores, lo mismo en Estados Unidos", detalló. "En capacidad instalada nos hemos anticipado a un crecimiento que no se produjo. La industria se adelanta, pero la producción no logra avanzar por un tema de pérdida de competitividad". "Pero hoy no podemos meter más camiones. Tenemos que modificar el modo de abastecer los puertos. Reducir la cantidad de camiones y aumentar el de barcazas daría una gran mejora. Deberíamos replantearnos la forma en que estamos moviendo las cosechas. ¿Argentina puede transportar 70 millones de toneladas de soja con la infraestructura que tenemos?".
Agregar valor para diversificar Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza, dijo que si diversificamos los destinos nos hacemos menos vulnerables. "Si exportamos solamente porotos de soja, la China dependencia es fenomenal. En los últimos 10 años, el 80% del destino de poroto argentino fue a China y esto debería preocuparnos a todos. Y China además usa barreras paraarancelarias". "Si nosotros elaboramos el poroto dentro de nuestra frontera, podemos diversificar el mercado", dijo Urquía. Además de la harina y el aceite, el industrial mencionó la glicerina -resto de la fabricación de biodiesel-, que tiene varios destinos y que si se refina además es muy útil en farmacopea. También la lecitina, otro subproducto, tiene una cantidad de destinos para alimentación de salmónidos. "En estado natural tenemos un monodestino, contra una gran diversidad de destinos si se industrializa a nivel nacional. La dependencia de China debe preocuparnos", expresó Urquía, no sin antes destacar que la cadena de la soja agrega valor e incluso antes de la siembra, cuando convierte el acero en máquinas agrícolas o cuando fabrica urea. "El sector es hoy la locomotora de la economía argentina". "Una gran cantidad de países tiene políticas arancelarias que castigan la importación de productos con mayor valor agregado. La única forma de ser competitivos es espejar en el país las trabas que nos ponen en el mundo, y de este modo neutralizar lo que hacen otros países. Ese es un tema que no logramos que los distintos gobiernos entiendan", expresó Urquía. Y culminó: "la falta de conocimiento de la importancia que tiene el sector en el país hace no existan las políticas y la infraestructura necesarias para apuntalarlo".
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