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Ensayos realizados en el INTA Famaillá, Tucumán, demostraron que es posible determinar el máximo período de conservación de una variedad de arándanos -O`Neal- sin perder sus atributos de calidad, mediante la aplicación de una atmósfera controlada (2% de oxígeno y 15% de dióxido de carbono). Este tratamiento evitó la pérdida de peso hasta los 30 días de conservación, mientras que el testigo -con aplicación de frío convencional- ocasionó una pérdida de peso de 9,4%. Soledad Carbajo, del INTA, explicó que "las tecnologías de almacenaje en frío y de atmósferas controladas retardan el proceso de envejecimiento y permiten extender la vida de postcosecha". En esta provincia, la exportación de arándanos a mercados internacionales implica un tránsito extenso de la fruta lo que significa pérdidas significativas en producción. Para lograr un buen producto es fundamental determinar condiciones ideales de manejo durante la cosecha. "Bayas bien desarrolladas, sanas, con madurez apropiada según el color, contenido de azúcares y firmeza, son las condiciones mínimas que cada fruto debe reunir cuando hablamos de calidad", indicó. En lo que respecta a la proporción de azúcar (ºBrix) las diferencias fueron significativas: el tratamiento con atmósfera controlada mantuvo los valores de ºBrix (17,6) a lo largo del periodo evaluado, mientras el tratamiento con frío convencional mostró un incremento de ºBrix (19,3) hacia los 30 días de conservación.

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