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May/Jun 2015


Congresos

"A Todo Trigo 2015"

Las restricciones al comercio de trigo argentino cambiaron el negocio del cereal

La Federación de Acopiadores organizó su clásico encuentro "A Todo Trigo". La edición 2015 llegó en un momento crucial ya que, entre los grandes cultivos de la Argentina, este cereal será el primero que se coseche con el nuevo gobierno

En el panel referido a la comercialización de trigo en el Mercosur, representantes de Argentina, Uruguay y Brasil coincidieron en el importante rol de Argentina y marcaron el crecimiento de los vecinos países como exportadores del cereal.


 


Uno de los momentos clave del congreso A Todo Trigo, organizado por la Federación de Acopiadores en el Hotel Sheraton de Mar del Plata, fue el referido a los desafíos del comercio de trigo en el Mercosur. Allí, un panel integrado por Leandro Pierbattisti, de la Federación de Acopiadores, Edson Csipai, de Abitrigo, Brasil, Ricardo Sosa, de Uruguay, y Matías Ferreccio, de Argentrigo, expusieron las visiones sobre la realidad y las perspectivas de cada país.
"Nos enfrentamos al desafío de recuperar la condición de proveedor confiable ajustándonos a los requerimientos de calidad que tienen los mercados", dijo Pierbattisti y recordó que las restricciones cuantitativas a las exportaciones, que comenzaron en 2006/07 y que aún se mantienen vigentes, han provocado una fuerte erosión de ventas de trigo hacia Brasil y la casi desaparición del trigo argentino en el resto de los mercados a partir de la campaña 2012/13. Hasta el ciclo comercial 2006/07 entre el 80 y el 90% de las importaciones brasileñas de trigo eran de origen argentino, mientras que en la campaña 2013/14 cayeron al 19%.
La calidad de los granos es el otro gran elemento de peso en las decisiones del mercado internacional triguero. Históricamente el trigo argentino fue considerado capaz de aportarle tenacidad a las harinas, por lo que siempre se lo utilizó como corrector en las mezclas de diferentes orígenes que realizan los molinos de otros países. El brasileño Edson Csipai, de Abitrigo, comentó que el mayor desafío de Brasil para el sector del trigo es aumentar el consumo. Para eso, la Asociación trabaja en una campaña promoviendo el consumo, mejorando la calificación profesional para pan y en una que sostiene que el trigo es salud -para contrarrestar aquella que hace foco en las dietas y la reducción en el consumo de gluten-.
Tras mostrar el ritmo en que vienen cayendo las importaciones de trigo desde Argentina, Csipai destacó el peso que tiene la incertidumbre en la provisión de mercadería. Sobre el tema, Pierbattisti recordó que en Brasil hay molinos que hacen 26 diferentes tipos de producto. "La calidad no es un capricho del comprador y hay que trabajar sobre el tema", dijo. "Regularidad y homogeneidad son importantes", insistió para aclarar que "estar con un trigo banalizado en Brasil es lo peor que nos puede pasar. Estamos compitiendo con el productor brasileño".
Ricardo Sosa, de Monitor Agrícola, fue quien planteó la situación en Uruguay. El especialista contó que venían muy dulces en el rendimiento, aunque ya debieron ajustarse pero de todos modos son emergentes exportadores de trigo.
"Uruguay necesita una Argentina líquida en cuanto a trigo", dijo Sosa. En Uruguay, la soja es el driver del mercado y es ella la que arrastra al trigo para sostener las rotaciones. Esto los convirtió en exportadores del cereal. "También influyó, además de la soja, el efecto K y el ingreso de productores argentinos al país para producir", acotó Sosa y detalló que los niveles de calidad y lo estándares son similares al trigo Up River, 11,5% de proteína y 7678 kg/hl PH 2 ppm Don trigo. Por último, Sosa enumeró los temas que hoy se debaten en Uruguay en torno al trigo: la estrategia del país, las señales de precio, la calidad, jugarse a Brasil y la segregación.
Para Argentrigo, la participación en el mercado brasileño es clave. Al horizonte 2022/23, Brasil importaría 7 millones de trigo, recuperando la parte de mercado previa a la intervención (90%), Argentina podría colocar 6,3 Mt de trigo.




el problema del trigo no es sólo político.
"Menos trigo es menos cobertura, menos materia orgánica, peores estados nutricionales de los cultivos, más resistencias y más costos", dijo Jorge González Montaner al analizar los escenarios técnicos y económicos de la próxima campaña de trigo junto a Gustavo Duarte. La recomendación fue analizar el sistema.



Los ingenieros agrónomos Gustavo Duarte y Jorge González Montaner analizaron los escenarios técnicos y económicos de la próxima campaña de trigo. El balance del trigo en la zona del Oeste arenoso no se debe analizar sólo desde lo económico, reconoció Duarte. "Si analizamos la zona del primer cordón más cercano a puerto vemos un cultivo al que le cierran los números. Ya en el segundo cordón, a más de 150 km del puerto, podemos pelear el resultado si es campo propio, pero luego aparece un tercer cordón en las zonas como la pampa arenosa donde es totalmente inviable por una cuestión de costos".
De hecho, el grado de representatividad que el cultivo tiene en la pampa arenosa es muy bajo, alcanzando sólo el 10% entre trigo y cebada.
Sin embargo, esto está lejos de significar que no haya que incluir al trigo en las rotaciones. Para Duarte la búsqueda es hacer del cultivo una oportunidad.
"La calidad es el nicho que aún no ha sido evaluado ni profundizado por los productores. De un estudio de 138 empresas agrícolas de la zona, los datos revelan que sólo el 3% hizo calidad y ninguno se volcó a la industrialización; y este es un tema muy importante porque en situación de mercados contraídos la calidad puede ser un excelente opción para que los productores capturen valor".
En cuanto a la visión agronómica, dijo: "claramente, desde la sostenibilidad es un aliado que no hay que olvidar, salvo que encontremos otra forma de meter carbono en el sistema". Por otra parte, profundizó todos los factores que intervienen en la generación de rendimiento como la elección de los cultivares, la disponibilidad de agua, la nutrición del cultivo y la sanidad. "Por ejemplo, en nuestra región el agua disponible explica entre el 40 y el 60% de los rendimientos", dijo.
"Corregidos los factores tecnológicos, hay que ajustar los mecanismos para achicar las brechas de rendimiento y para eso hay que definir por zona de manejo. Hay que poner mucho énfasis en los aspectos nutricionales y seguir trabajando mucho en los factores reductores del rendimiento, además de focalizar en la calidad que todavía es una asignatura pendiente", recomendó.
"Estamos en un sistema en crisis y la crisis no es sólo por Cristina (Fernández), sino que también la tenemos nosotros", dijo González Montaner, asesor de Aacrea, al indicar que el problema del trigo no es sólo político. "En la Argentina venimos con una participación creciente de soja y decreciente de cereales, muy potenciado por lo político, aunque (Guillermo) Moreno no sea el único responsable. Y eso refleja que es un problema sacar el trigo de la rotación, un cultivo que es generador de servicios".
El Sudeste ha sido por definición la mayor zona triguera de la Argentina, concentrando entre el 40 y el 45% de la producción nacional. Sin embargo, el cultivo ya tiene la misma área sembrada que la cebada y los rendimientos de ambos cultivos se mantienen entre los 43 a 45 quintales por hectárea.
"El mayor problema es que en el 60% de los campos estamos trabajando bajo alquiler anual. Nadie puede planificar nada si el alquiler es anual. Además de la renta inmediata, nos mata la rentabilidad. Tiene que haber una caída en los precios de los alquileres. El negocio está prácticamente quebrado para cualquiera de las actividades. En la zona históricamente triguera, que produce el 45% del trigo del país, lo normal eran 300 dólares. Poniendo un alquiler de 150 dólares con unos 28 quintales por hectárea de promedio, el resultado es negativo", enumeró.
"Debemos ser conscientes de la situación que vamos a enfrentar. Es un cultivo en el que hay que invertir para obtener resultados. Cada caso es particular", expresó y recomendó analizar los pronósticos climáticos. Sobre nutrición, González Montaner se refirió a la respuesta positiva de los suelos con los aumentos de dosis de fósforo. Y aclaró la falta de respuesta ante una menor densidad de plantas.




"han metido al acopio en un lugar en donde no debemos ni queremos estar".
El presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, y el asesor general de la Federación, Raúl Dente, brindaron una conferencia de prensa ratificando la posición de la Federación de Acopiadores frente al mecanismo que impulsa Monsanto para el pago de regalías en soja.



La Federación de Acopiadores aprovechó en el mediodía de la jornada de "A Todo Trigo", el exitoso congreso que con más de 1500 asistentes realizaron en el Hotel Sheraton de la ciudad de Mar del Plata, para aclarar y ratificar su postura ante la disputa por los mecanismos de pago del canon por la tecnología Intacta en soja.
"Aunque nosotros no hemos firmado nada y el acopio no está realizando retenciones a sus clientes como pretende la cerealera multinacional Monsanto, de todas formas, es importante dirimir el asunto y no sentar precedentes que avalen el mecanismo propuesto por la compañía", dijeron el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, y el asesor General de la Federación, Raúl Dente, en una de la las conferencias de A Todo Trigo.
Monsanto firmó convenios con productores -del Norte Argentino, inicialmente- que se comprometieron a pagarle un canon por la tecnología Intacta.
La gran mayoría acordó abonar de manera anticipada pero un porcentaje menor eligió hacerlo a la entrega del grano. Como en esta etapa el sistema de cobro se vuelve más difícil, la empresa pretende que sean los acopios quienes analicen y cobren el canon.
Desde la Federación de Acopiadores insisten que hace más de dos años en que vienen sistemáticamente manteniendo reuniones con la compañía sosteniendo la postura del acopio de no intervenir como cobradores del canon.
"Han metido al acopio en un lugar en donde no debemos ni queremos estar. Si hay una empresa que le vende una semilla a un productor, la disputa se da entre la empresa y el productor. Nosotros no queremos retenerles dinero que no nos pertenece a nuestros clientes. No corresponde. Hacerlo significaría un quiebre con los productores", sostuvo Fernando Rivara, el presidente de la entidad que nuclea a las empresas acopiadores del país, por donde se comercializa el 40 por ciento de los granos.
"Así como no participamos en la venta de semilla, tampoco queremos estar en el medio con el cobro de una tecnología que ya está incorporada en el grano que llega a nosotros. Nada tiene que ver la compraventa de granos con el cobro de regalías", acotó Dente a su turno.
Desde el principio, la Federación de Acopiadores se mostró dispuesta a colaborar. Pero "cuando llegamos a la instrumentación dijimos esto no va", acotó Rivara.
"Hemos pedido que sea el INASE quien dirima e indique el camino a seguir. Desde la Secretaría de Agricultura de la Nación hemos encontrado mucha receptividad, predisposición al diálogo y un mensaje claro, y es que no van a permitir que empresas privadas tomen el rol que tiene que tomar el Estado. El Secretario de Agricultura manifestó que se le pedirá a la Justicia que defina el modo en que se puede intervenir en eventos biotecnológicos, ya que por su antigüedad, el tema no está contemplado en la actual Ley de Semillas. Otro camino que evalúan es dirimir el conflicto mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)", comentaron los representantes del acopio.
"El problema es la esencia del sistema que se pretende imponer. Acá es clave el rol del Estado. Llegamos a estas cosas porque no se saca la ley de semillas", dijeron finalmente los expositores.



el trigo se enfrenta al cambio climático
A Todo Trigo 2015 abrió el tema tecnológico planteando y buscando respuestas para los principales impactos derivados del cambio climático. El trigo aparece como el cultivo más afectado.



El contenido tecnológico de A Todo Trigo 2015 comenzó a dar respuesta a los grandes interrogantes que se plantea actualmente el cultivo.
El arranque lo hizo Daniel Miralles, que junto con Betina Kruk -ambos de la FAUBA- fueron los coordinadores académicos del Congreso. Al presentar la temática del primer panel, dedicado al rol de los cultivos invernales frente a los nuevos escenarios climáticos, el especialista señaló que "aunque en el día a día nos cuesta percibirlo, el cambio climático nos enfrente a la modificación de las principales variables que sustentan a la producción agropecuaria, como son las temperaturas, las fechas de heladas y las precipitaciones", y sobre esa base propuso desarrollar las estrategias de manejo para optimizar el rendimiento y la calidad de los granos.
El especialista mostró la significativa reducción del área cosechada de trigo en la Argentina, que bajó del promedio de 5,34 millones de hectáreas en el período 1960 a 2010 a las actuales 3,3 millones de hectáreas.
En esa caída, remarcó el peso que tuvieron las restricciones impuestas a las exportaciones que llevaron a que el área cosechada decayera entre 2006 y 2014 a razón de 28.000 hectáreas por año.
Al respecto, Miralles comentó la evaluación económica realizada por Raúl Dente, asesor general de la Federación de Acopiadores de Granos, que estimó una pérdida de 10 mil millones de dólares durante los últimos 8 años como consecuencia de la intervención en los mercados.
Entre las consecuencias agronómicas, Miralles citó que la reducción de la superficie cosechada en trigo no se compensó con los incrementos en otros cultivos invernales. A la vez que los verdeos de invierno sólo mejoran parcialmente el déficit de cobertura. Por otro lado, la desaparición de los cultivos de invierno de la rotación afecta negativamente los balances de carbono del sistema, acelera la degradación del suelo y empeora los rendimientos de la soja.

Nuevo escenario
Miralles enumeró los principales efectos que aparecen en las proyecciones del cambio climático, referidos a aumentos en las temperaturas medias y mínimas, cambios en la fecha de heladas, alteraciones en las precipitaciones, aumentos en la emisión de dióxido de carbono e incrementos en la frecuencia de los golpes de calor.
Frente a esto, un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según su sigla en inglés) indica que el mayor impacto negativo sobre los rendimientos será en las zonas templadas -precisamente las que caracterizan a las principales zonas agrícolas argentinas- y el trigo aparece como el cultivo más afectado.




el rol de los cultivos de invierno
Un panel de investigadores analizó en A Todo Trigo, y ante 1500 personas, los nuevos escenarios climáticos y los problemas tecnológicos a los que se enfrentan los cultivos de invierno, ofreciendo recomendaciones para los impactos que sufren los sistemas de producción agrícola.



Frente a los pronósticos que surgen de las investigaciones a nivel global que muestran al trigo como el cultivo que podría sufrir los mayores impactos por efecto del cambio climático, un panel de expertos abordó el tema en A Todo Trigo 2015.
Carolina Vera, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA-CONICET, explicó que frente a diversas fuentes que en muchos casos realizan estimaciones poco confiables, actualmente los modelos matemáticos del clima y las diferentes observaciones del pasado son combinados y evaluados por los expertos. De allí surge la información que presentó en A Todo Trigo, que se encuentra contenida en la 3° Comunicación Nacional de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Entre los resultados relevantes de ese trabajo, aparece que entre 1960 y 2010 el aumento de la temperatura media anual en la Argentina fue de 0,5 a 1 grado centígrado, mientras que en el centro del país se registró una leve disminución. En tanto que las olas de calor aumentaron considerablemente en el Norte y el Este, y las heladas disminuyeron en la mayor parte del país.
El mismo informe indica que en el futuro cercano (2015-2039) el aumento de la temperatura media no depende mucho de los escenarios de las emisiones y sería de 0,5 a 1º C, mientras que en el futuro lejano (2075-2099) el aumento depende del escenario y sería de 0,5 a más de 3,5º C. Los investigadores también han detectado que en el futuro, principalmente en el lejano, habría un aumento de los días con olas de calor.
"Una de las incertidumbres -explicó Vera- aparece en el cambio proyectado de la temperatura invernal", precisamente la estación de crecimiento del trigo. Respecto de las precipitaciones, la investigadora mostró que en el período 1960-2010 se registró un aumento en casi todo el país, aunque con variaciones interanuales que marcaron mayores registros en verano y en otoño. A la vez que entre esos años hubo un cambio hacia precipitaciones extremas más intensas y más frecuentes. Otro de los datos relevantes aportados por Vera estuvo referido a la tendencia a períodos secos más largos en invierno en el Centro y, sobre todo, en el Norte del país.
Pero remarcó que una de las incertidumbres que se mantiene está referida al cambio proyectado de la precipitación invernal, que es otro de los factores decisivos en la producción de trigo. En sus reflexiones finales, la investigadora del CIMA, indicó que las tendencias climáticas observadas son coherentes con las proyectadas a futuro, por lo tanto, aparece una alta confiabilidad en los signos de los cambios. Además, señaló que hay una alta dispersión en las magnitudes del cambio pasado y futuro entre las diferentes fuentes de información, por lo tanto esto limita su cuantificación. Por último, Vera explicó que faltan más investigaciones climáticas referidas a mejorar la simulación de las precipitaciones y sus variaciones y desarrollar mejores predicciones climáticas con antelación de meses y años.

Cómo enfrentar los cambios
Luego tomó la posta Guillermo García para referirse a: ¿Qué influencia puede tener el cambio climático en nuestros sistemas productivos y cómo podemos enfrentarlo? En primer lugar el técnico de la FAUBA-CONICET sintetizó los cambios que se pueden esperar, entre los que enumeró el aumento de la temperatura media a lo largo de todo el año, que serían menores para el verano y el otoño y mayores para el invierno y la primavera, cambios en las precipitaciones que varían sustancialmente de estación a estación y a lo largo del territorio con aumentos estacionales en la Argentina que se proyectan para verano y otoño (en la pampa húmeda alcanzan a 180 mm para cada estación), mientras que a nivel mensual los mayores cambios se proyectan para febrero, marzo, abril, noviembre y diciembre. El investigador mostró trabajos que demuestran que el cambio climático impactó sobre la producción mundial de trigo, en los que se señala que el calentamiento reduce el rendimiento del cultivo debido fundamentalmente a un aceleramiento del desarrollo, a la vez que las olas de calor también pueden afectar negativamente el establecimiento y peso de los granos. Esos trabajos también señalan que el aumento del nivel de dióxido de carbono beneficia a cultivos C3, como el trigo. En referencia a los impactos en el ámbito local, García indicó que el rinde potencial de trigo en la Región Pampeana ha disminuido debido principalmente al incremento de la temperatura mínima. Al referirse a las estrategias para enfrentar el cambio, el especialista señaló que es necesario adaptarse tanto para minimizar los impactos de los escenarios desfavorables como para capturar los beneficios de los escenarios favorables.
El panel cerró con Esteban Jobbágy, del Grupo de Estudios Ambientales - IMASL, CONICET y Universidad Nacional de San Luis, que se refirió a "El régimen hídrico como modificador del ambiente de producción". Luego de analizar los distintos ambientes agrícolas del país y los riesgos a los que se enfrenta el trigo, el especialista remarcó la necesidad de "Reconocer el papel estratégico de los cultivos de invierno sobre la productividad de todo el sistema y en la regulación hídrica regional".




"un añopara hacer un puente"
Todd Davis y Enrique Erize, plantearon que este año, ante los precios caídos y los controles a la exportación, habrá que "hacer un puente" a la espera de mejores precios. Y buscar que la soja financie al cereal.



Antes de comenzar con las disertaciones del panel sobre el panorama internacional, el asesor de la Federación de Acopiadores, Raúl Dente, vertió algunas consideraciones sobre un trabajo realizado junto a Gustavo López de Agritrend en el que analizan el impacto de las distintas políticas que se han aplicado sobre el trigo."El costo total de las políticas de restricciones al trigo para los productores fue de 9.600 millones de dólares, con el agravante que 5.900 millones se regalaron a sectores que no necesitaban el subsidio”, dijo.
Y agregó: “Por cada dólar que el fisco destinó a los pobres, los productores tuvieron que poner 1,60 dólares para subsidiar a los consumidores ricos”. Con estos números, que sólo han aportado merma de área y una desaparición de la Argentina como referente productivo y de exportación del cereal, Dente sostuvo que califican al sistema “como perversamente ineficaz e inequitativo. Por eso lo hemos medido, para que lo tengan en cuenta quienes diseñen las políticas del futuro”.

El panorama en Estados Unidos
El analista norteamericano Todd Davis se refirió a la situación que vienen atravesando los "farmers", luego de pasar en 2012 por la segunda sequía más severa de su historia, que dejó como saldo stocks realmente ajustados ante la caída en la producción de maíz y soja. Eso generó una explosión de precios en los siguientes dos años y una producción récord de trigo, maíz y soja que superó los 2000 millones de toneladas.
En lo que al trigo se refiere, "desde 2008 el área disminuyó unos 3 millones de hectáreas" y "el pronóstico a largo plazo en los EEUU es de 21,2 millones de hectáreas de trigo entre 2016 y 2024, entonces, el remedido para los precios altos son los precios altos", agregó Davis.
El Lic. Enrique Erize, de Nóvitas, abordó el contexto internacional en el que los productores argentinos deberán tomar decisiones de siembra de trigo en los próximos días. "Se ve el derrumbe del precio del euro frente al dólar y se piensa que los europeos están complicados. Sin embargo, la soja en euros tiene el precio más bajo de la historia; y para los chinos, la soja tiene el precio -en Yuanes-, más bajo de los últimos 9 años. Y ésta es la llave para entender por qué han comprado todo a esta altura del año. Hay que leer bien", recomendó.
Finalmente, para Erize, la elección es la libertad de mercados. "Hay que volver al beneficio del Efecto Mercosur o impulsar los acuerdos tripartitos e ir de la mano la mesa de enlace, el gobierno y los molineros a ofrecerles el trigo a Brasil".

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Savia Comunicaciones

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 32, 33, 34, 35, 36 y 37 de la edición digital de la revista de Mayo / Junio 2015.
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