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May/Jun 2011


Tecnología

Inversiones en tecnología

Mercado actual y perspectivas en cosechadoras

Revista PRODUCCION: Inversiones en tecnología
 

Las pérdidas de cosecha en los 12 principales cultivos de Argentina representan un volumen de 1300 M/U$S. El proyecto PRECOP coordina una Red público-privada de eficiencia de cosecha que tiene como objetivo reducir esas pérdidas en un 20% en los próximos 3 años, lo cual representa para el país un aumento del saldo exportable de 260 M/U$S. Este objetivo se consigue con inversiones en desarrollos tecnológicos que mejoren los equipos que componen el parque de cosechadoras que tiene nuestro país, para lo cual se necesita de inversiones por parte de productores, los cuales deben involucrarse aún más a través de capacitaciones sobre estas nuevas tecnologías disponibles y operación de cosechadoras.
En los tres últimos años de trabajo del PRECOP II las pérdidas disminuyeron en maíz un 14,4%, soja un 15%, sorgo un 7%, girasol un 18% y de trigo un 13%. Considerando los 10 cultivos sobre los cuales trabajó el proyecto, la reducción de pérdidas físicas, representó un aumento del saldo exportable de 190 M/U$S anuales. A esto se le debe añadir las pérdidas de calidad que se producen por inclemencias climáticas debido al retardo de la cosecha, a la inadecuada regulación y excesiva velocidad de los sistemas de trilla, que ocasionan daño mecánico y deterioro, estimado en 110 M/U$S/año.
El Mercado de Cosechadoras en Argentina representa un volumen de comercialización cercano a los 400 M/U$S/año. A esta cifra se le debe sumar las ventas de acoplados tolvas autodescargables, tractores que traccionan las tolvas, cabezales maiceros, cabezales girasoleros, equipamiento electrónico de Agricultura de Precisión, tanques de combustibles, talleres rodantes y casillas, que sumadas, transforman la cosecha de granos en el rubro más importante de ventas en el mercado interno, y la que a su vez está representada en un 60% por prestadores de servicio más conocidos como contratistas.

Análisis del mercado
Existe una gran variación en las ventas anuales de cosechadoras. Esto se debe a que en muy pocos años se superó el nivel mínimo de reposición de 1500 cosechadoras/año, el cual es el número de unidades vendidas por año que debería lograrse para satisfacer la demanda de cosecha en tiempo y forma para una producción de 100 M/t. de grano por año, pero que a su vez es un valor que permanece constante a través de los años dado que si bien el tamaño de las cosechadoras promedio aumentó significativamente la potencia y capacidad, por otro lado también aumentó el área de cosecha y la producción en los últimos 20 años analizados. Otro análisis es que el porcentaje de cosechadoras nacionales en 2010 fue del 19,96%, el cual marca un leve crecimiento con respecto a 2009 luego de la abrupta caída en las ventas que se generó principalmente en 2008 que irrumpió con el crecimiento que venían teniendo las máquinas de origen nacional.
La evolución del mercado de cosechadoras en Argentina tiene correlación directa con la evolución de la renta del sector y con el aumento de la producción de granos en Argentina donde en 1990 se producían 38M/t., en 1999 60 M/t. y en 2010 la producción fue de 95 M/t, habiéndose alcanzado el récord histórico de producción en 2007 con 97,5 M/t., es evidente que el cambio de política cambiaria realizado en 2001/2002 tuvo un impacto positivo en las inversiones en equipos de cosecha.

Análisis de ventas en Argentina
Es evidente que las ventas de cosechadoras en Argentina merecen algunos comentarios de lo ocurrido en los últimos años, donde la potencia media, ancho de cabezal, capacidad de tolva fue creciendo a razón de un 5% en los últimos 10 años.
En 2000 la media de potencia vendida estaba en 200CV, mientras que en 2010 la potencia media aumentó un 50%; con la capacidad de tolva pasó algo similar, de 5500 litros en promedio de capacidad pasamos a 8.000 litros promedio y en ancho de cabezal de 6,5 m promedio se pasó a 9 m promedio en la actualidad. Todos los parámetros que indican tamaño y capacidad de trabajo de una cosechadora crecieron un 50% en los últimos 10 años.
El valor promedio de las cosechadoras también creció en promedio un 50%; de U$S 200.000 por unidad en promedio en 2000 pasamos a un valor promedio de U$S 300.000 en 2010. Está claro que si se evalúa precio dolarizado, prestación t/hs ó ha/hs las cosechadoras del mercado argentino disminuyeron el costo relativo o el valor relativo por tonelada o por hectáreas procesadas en los últimos 10 años.
Además el aumento del 50% del valor dolarizado, no solo se explica por el ancho del cabezal, la capacidad de tolva o por la potencia del motor.
En los últimos 10 años las cosechadoras incorporaron una serie de equipamiento hidráulico y electrónico, como así también electrónica de hardware que conectados con software específicos y actuadores, permitieron la automatización del funcionamiento, mantenimiento y regulación de la cosechadora en el campo.
La tendencia en cosechadoras en Argentina en los últimos años se orientó totalmente hacia la trilla y separación axial (68,5% del mercado en 2010). Es pertinente aclarar que si se consideran como axiales a las cosechadoras con sistema de trilla convencional pero con de separación axial (mixtas), el porcentaje representa el 76,5% del mercado.

El mercado de 2010
Durante 2010 se comercializaron 1275 máquinas cosechadoras en el mercado interno. La fabricación de cosechadoras nacionales fue de 345 unidades, a lo cual si le restamos las 94 unidades exportadas, la industria nacional obtuvo un 19,96% de participación en el mercado. El mayor porcentaje de las máquinas comercializadas provinieron del MERCOSUR, más precisamente de Brasil, dado que aproximadamente el 75% de las importaciones tiene ese origen, completándose el mercado con máquinas provenientes de Estados Unidos y Europa. Esto ocasionó como consecuencia una balanza comercial negativa.
El mercado está definitivamente volcado hacia las axiales. El porcentaje de axial sobre convencional durante 2010 fue de 68,5%, es decir que de 1257 cosechadoras vendidas, 862 fueron axiales y la industria nacional solo fabricó 90 axiales.
El valor con que hoy llega al público la "cosechadora promedio" está cerca de los 285.000 U$S por unidad con un margen de 175 a 400.000 U$S, según el modelo, equipamiento y tamaño.
Todos estos números denotan que el mercado argentino de cosechadoras es el quinto más grande del mundo. Un ejemplo claro de ésto lo brinda la empresa John Deere para la cual nuestro mercado doméstico es el tercero en importancia, luego de Estados Unidos y Brasil, sobre un total de 60 países en los cuales tiene presencia.
La siembra directa en Argentina prácticamente lleva al tractor a un promedio de 2,5 hs/ha/año, es decir que en Argentina se utilizan unos 80 millones de horas de tractor por año en agricultura (33 M/ha), otro tanto se utilizan en ganadería y cultivos regionales en un área 10 veces menor.
Esta es la explicación del por qué se venden 7.000 tractores/año en Argentina para un volumen de producción de 100 M/ton. de granos. La agricultura actual consume muy pocas horas de tractor por hectárea y también al ser los tractores de gran tamaño, entregan el doble de potencia por unidad respecto a 10 años atrás.
El análisis indica que entre la Clase 6 y 7 se lleva el 61.87% del mercado, pero también puede apreciarse que la Clase 8 tiene un 17.34% y que la Clase 9 ocupa un 4.7%, superando a la Clase 4 que posee solo el 3.5% del mercado. Es pertinente aclarar que en el año 2005, las Clase 4 y 5 eran las de mayor venta y las Clase 8 y 9 no se conocían.
Al igual que en el resto del mundo las ventas de cosechadoras crecen en potencia año tras año y la limitante en Argentina será el ancho de traslado de las cosechadoras en auto-traslado en caminos y rutas provinciales y sobre camión chatón en rutas nacionales. Es evidente que las cosechadoras con más de 3.5 m de ancho máximo tendrán problemas para trasladarse en auto-traslado. Sobre camión, a lo sumo permitirán 4.2 m de ancho máximo, por lo tanto las maxicosechadoras tendrán que tener duales de fácil extracción u orugas de caucho, o bien un rediseño del ancho de los neumáticos muy difícil de resolver con diseños tradicionales.
Hoy la reglamentación de la Dirección Nacional de Vialidad en Argentina permite un ancho máximo de 3,50 m para autotransporte y 4,20 m para traslado sobre camión.
Al analizar la evolución del mercado es evidente que evolucionó favorablemente en todos los parámetros analizados , pero existen todavía materias pendientes en la balanza comercial del sector que todavía es negativa en más de 325 M/U$S, dado que si bien las exportaciones crecieron en forma importante todavía se importan 95% de las cosechadoras, el 75% de los tractores, el 91% de las picadoras autopropulsadas y el 10% de las pulverizadoras que consume el mercado nacional.
Esta realidad del mercado deja un fuerte trabajo de desarrollo y crecimiento industrial que requiere de fuertes inversiones para la fabricación nacional de cosechadoras y tractores en el país.
Todo esto constituye una buena noticia para el sector y fundamentalmente para la generación de puestos de trabajo en el interior del país, dado que detrás de la radicación de una fábrica multinacional o el crecimiento de una de capital nacional, se desarrollan una gran cantidad de puestos de trabajo de los agropartistas que en definitiva generan la mayor cantidad de trabajo.
Como respuesta, la idea del Ministerio de Industria y Comercio es fomentar el aumento de la producción local de los equipos que hoy se importan. Esto será posible realizarlo mediante medidas que favorezcan el desarrollo de fábricas competitivas en Argentina, ya sea de capitales argentinos o de multinacionales que se instalen en Argentina. Un mercado de maquinaria y agropartes de casi 1.400 M/U$S anuales en crecimiento es un importante número; existen muy pocos países en el mundo con un mercado de maquinaria de esos valores anuales.
Las actividades y reuniones mantenidas por el gobierno con empresarios del sector, han dado como resultado la presentación de varios proyectos para fabricar tractores y cosechadoras en Argentina. Algunos proyectos pertenecen a empresas nacionales que aumentaran significativamente su nivel de fabricación y otros pertenecen a multinacionales que se radicarán en Argentina para producir equipos para el mercado nacional y/o exportación.
Es evidente que el objetivo que se pretende lograr es un mejor y mayor desarrollo de la industria nacional, con mayor trabajo genuino local, y esto se logra con un mayor desarrollo tecnológico de la maquinaria que fabrique en Argentina. A su vez se pretende que los productores posean la mejor tecnología en maquinaria, siendo la cosechadora de grano y forraje un aspecto clave muy superior al tractor que prácticamente en Argentina se utiliza muy pocas horas/ha. El tractor en los sistemas productivos de los cultivos tradicionales no siembra, el tractor no cosecha, el tractor no aplica agroquímicos ni fertilizantes sino es a través de una máquina específica enganchada a él y su prestación final depende de la máquina enganchada en definitiva. Pero es evidente que en la Argentina de 2020, donde se pretende un fuerte crecimiento de las transformaciones de los granos en carne, un fuerte desarrollo de los cultivos y economías regionales, el tractor recuperará el protagonismo, tractores específicos para ganadería, vitivinicultura, para producciones hortícolas, para la producción de caña de azúcar, etc.
La perspectiva del mercado interno del sector para 2011 frente a una producción que ya supera los 100 M/Tn., acompañada por un alto valor que presentan los granos sumado a la buena política crediticia, pueden transformar a 2011 en el año récord en ventas con tendencias de comercialización de 1450 M/U$S. Con respecto a las exportaciones, todavía es temprano realizar un pronóstico, pero se estima superar los 260 M/U$S logrados en el 2010.

Estimación del mercado de cosechadoras 2015/2020
Como lo indican los datos arrojados en este informe, en 2010 se vendieron 1257 máquinas cosechadoras con una media de potencia de 327 CV, datos que arrojan un total de 411.039 CV/año totales comercializados. Si a estos datos los relacionamos con el número ideal de 1500 unidades/año que se necesitan para cosechar en tiempo y forma 100M/t/año, deberíamos estimar que necesitamos una comercialización de 490.500 CV/año de cosechadoras.
Tomando estos datos y proyectándolos a futuro, podemos considerar que para 2015 con una potencia promedio de las cosechadoras vendidas para ese año de 384 CV y con una producción de granos que rondará las 110M/t, el requerimiento total de potencia/año para cosechar en tiempo y forma sería de 539.550 CV comercializados en ese mismo año, con lo que se puede estimar un mercado de 1405 unidades de 384 CV de potencia promedio. Para 2020 con un supuesto de producción de 120M/t. y un promedio de potencia de las cosechadoras vendidas ese año de 401 CV, se necesitaría para levantar la cosecha en tiempo y forma unos 588.600 CV/año, lo que conduciría a un mercado de 1468 unidades anuales de un promedio de 401 CV de potencia.

Aspectos tecnológicos
En 2020 los cabezales serán todos Draper con ancho de labor de 40 y 50 pies de ancho de corte como normal y 60 pies experimentales y las tolvas de las cosechadoras serán de 15.000 litros en las Clase 10. Los motores de las cosechadoras en promedio rondarán para 2020 los 500 CV de potencia en un alto porcentaje de máquinas. Los tractores tendrán que cumplir con normas Euro de polución y a su vez tolerar un alto porcentaje de biodiesel en el combustible.
La trilla y limpieza, el 95% axial y habrá mucho avance en el sistema de traslado y automatismo de las cosechadoras, con cosecha de datos y conexión con la web permanente.
El desarrollo de sensores será la clave para el automatismo de las regulaciones, habrá sensores capaces de detectar el nivel de daño mecánico al grano y así auto-regular la trilla, sensores de impureza o material no grano en la tolva y así auto-regular la limpieza, cámaras por todos los lugares claves conectados a la Web, y por supuesto un gran avance de automatismo de manejo y regulación de la cosechadora por medio de cerebros electrónicos que disponen de mucha información.
Respecto a los cabezales que se incorporen a las cosechadoras modernas tanto Draper sojeros/trigueros, como maiceros y girasoleros tendrán que poseer equipamiento de autonivelación lateral a su vez que estén provistos de todo el lenguaje electrónico correspondiente a cada marca de cosechadoras.
Otro problema a resolver es el alto riesgo de incendios que se producen en las cosechadoras en países con gran adopción de la siembra directa que últimamente resulta en accidentes muy frecuentes, provocando altos daños económicos además de un gran impacto negativo en el medio ambiente y encarecimiento de costos por aumento de la prima de seguros.
El principal problema es que la toma de aire del motor es baja. Este es un punto muy importante, que también están teniendo muchos modelos de cosechadoras globales que se importan al país, dado que la frecuencia de incendios en Argentina es mayor que en otros países por una razón muy sencilla de explicar: Argentina es el único país en el mundo que posee el 85% del área de siembra con sistema sin labranza y con cobertura de residuos (Siembra Directa), lo cual explica entre otras cosas la necesidad de realizar una distribución del rastrojo que sale de la cosechadora de manera uniforme que establezca una eficiente cobertura. Por este motivo, es que en nuestro país se utilizan esparcidores de granza de doble plato que realizan un eficiente trabajo de distribución de la paja y granza que sale de la cola de la cosechadora, pero a su vez, esto ocasiona en trigo, soja de 1°, y fundamentalmente en soja de 2° sobre rastrojo de trigo una gran cantidad de borba que invade el ambiente que invade la cola de la cosechadora. Las nuevas cosechadoras axiales son, por su diseño, cortas entre ejes y con el motor ubicado sobre la cola de la máquina, lo cual infiere que el radiador de agua/aceite y aire acondicionado estén ubicados también hacia la parte posterior de la cosechadora, y por ende se ubique en ese lugar la toma de aire del turbo refrigerador. Este diseño con los chupadores de aire en esa posición, provoca que la aspiración de aire sea en un ambiente envuelto en polvo y finas partículas de granza, que por más filtros que posea terminen ingresando hacia el interior del motor. A su vez, esta corriente de aire que va acompañada con partículas de granza y polvo fácilmente inflamable, hace que cuando ingrese al motor, este material se deposita sobre el mismo que a su vez al ser asistido por el turbo trabaja a una temperatura de 600°C, lo cual se convierte en un foco de incendio, que al estar en contacto con alguna manguera que alimenta con gasoil al motor, se torna un pequeño foco de incendio pero que es muy difícil de controlar, provocando la quema parcial o total de la máquina cosechadora.

Cabezales maiceros y girasoleros
Es evidente que se están aplicando prácticas activas para nivelar la balanza comercial negativa en el rubro de Cosechadoras y Tractores. Las medidas que está tomando el Estado al respecto están orientadas a incrementar la fabricación de tractores y cosechadoras en Argentina, y que esa producción sea exportada a otros países, logrando con ésto poder importar la igual cantidad de dólares que se exportan de cada tipo de maquinaria. Dentro de estas nuevas reglas de juego introducidas al mercado, próximamente se producirá un fuerte aumento por parte de la industria nacional, lo que incrementará la producción junto con la radicación de nuevas fábricas de tractores y cosechadoras en nuestro país por parte de marcas multinacionales tradicionales de nuestro mercado. Todo esto conlleva como finalidad la generación de nuevas fuentes de trabajo en Argentina, a la vez que mayor cantidad de productores podrán acceder a estas tecnologías hoy importadas desde Brasil, Estados Unidos y Alemania principalmente. En definitiva, se busca con ésto un buen futuro para el desarrollo de la industria argentina de maquinaria agrícola.
El mercado de cabezales maiceros está compuesto por productos tanto de origen nacional como importado. Dentro de los fabricantes más importantes de nuestro país hay que mencionar a firmas como Mainero, Allochis, Maizco, Ombú, Franco Fabril, De Grande, Tecnoral, los cuales sumados representan el 95% del mercado. Dentro de los importadores se destacan Akron (AGS) Brasil, otros con Vence Tudo de Brasil y John Deere que comercializa productos brasileños y completa la gama pudiendo importar algunos cabezales maiceros de México y/o de EE.UU.
En cabezales de soja y trigo, hasta ahora existen pocos fabricantes en Argentina; los más representativos son Piersanti que fabrica y modifica cabezales tradicionales y Draper y José Allochis que fabrica cabezales para Claas y próximamente incorporará un Draper de 40 pies. A su vez, en Expoagro 2011 Maizco mostró su nuevo cabezal Draper siendo muy bueno para el mercado dada la buena tecnología que tiene incorporada este producto.
Las compañías multinacionales ya han respondido al mercado importando cabezales Draper. Case presentó una versión de 40 pies de ancho de labor, con barra de corte articulada en 3 tramos, similar al Mac Don canadiense, el cual también está disponible con similares características a las mencionadas. Agco presenta una versión de 40 pies, flexible, hidroneumático, con un solo molinete y doble cuchillas sincronizadas. Por su parte, John Deere lanzó recientemente un Draper de 35 ó 40 pie de ancho, flexible, hidroneumático, con doble cuchilla sincronizada, 2 molinetes, 5 lonas en movimiento asociadas a la dinámica del flexible.
Es pertinente aclarar que, acompañando el ritmo de crecimiento en la potencia media de las cosechadoras, los cabezales girasoleros actuales han crecido en el ancho de labor significativamente, siendo los cabezales de 12,48 m uno de los más vendidos en estas últimas campañas a pesar que el área de siembra cayó de 1,95 M/ha en 2008/2009 a 1,6 M/ha en 2010/2011.
Como análisis del mercado de cabezales girasoleros, pueden rescatarse tres cuestiones: la caída del área de siembra del Girasol en las últimas campañas, la alta durabilidad de los equipos y la escasa innovación tecnológica, evidenciándose solo mejoras en el funcionamiento de lo ya conocido.
En primer lugar, el área de siembra del cultivo en la campaña pasada 2009/2010, se vio reducida a 1,6 M/ha por diferentes causas; una de ellas fue la sequía ocurrida durante la primavera en el área girasolera y la otra, la falta de competitividad frente al cultivo de soja, principalmente por la mayor inversión en semilla, fertilizantes y herbicidas, esto último, por no existir todavía un Girasol RR. De todos modos, los programas integrales como ASAGIR y la recomposición del precio relativo del Girasol, le otorgaron competitividad al cultivo y eso se vio en el aumento de las ventas de los cabezales girasoleros durante las últimas campañas.
Como alentador para las ventas puede mencionarse el envejecimiento acumulativo del mercado, que lleva 5 años consecutivos de muy bajas ventas. Los valores de reposición ideal para el área de siembra actual (1,6 M/ha) están en el orden de las 400 unidades/año, es decir unos 8.000 hileras por año, o sea 5000 hileras de 0,52 m de cabezal por cada millón de hectáreas de siembra.
El rendimiento del girasol de la campaña 2010/2011 está en el orden de 1,9 t/ha, muy superior a 1,5 t/ha de la campaña 2009/2010, esto sumado a los buenos precios relativos del girasol pronostican una buena campaña 2011/2012.

Revista PRODUCCION: Inversiones en tecnología
 
Informe elaborado el 28/03/2011.
Ing. Agr. M.Sc. Mario Bragachini
Ing. Agr. José Peiretti
Ing. Agr. Federico Sánchez
Proyecto PRECOP II Eficiencia de Cosecha de granos
INTA EEA Manfredi

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 60, 61, 62 y 63 de la edición digital de la revista de Mayo / Junio 2011.
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