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May (2021)/Jun 2021


Granos

el NOA cierra una campaña sojera buena, en promedio, tanto en rindes como en precios

A fines de Mayo, la cosecha de soja en el Noroeste Argentino (NOA) estaría terminada. Podrían quedar algunos campos rezagados, especialmente con soja tardía, pero representarían una superficie muy limitada donde el principal problema que enfrentaron en esta campaña fue el factor climático, con un limitado aporte de lluvias.


Revista PRODUCCION: el NOA cierra una campaña sojera buena, en promedio, tanto en rindes como en precios
 

Las provincias vecinas enfrentan situaciones diferentes
“En general, puedo decir que en el NOA la campaña está teniendo un buen cierre; ha sido una campaña buena, con excelentes rindes en Tucumán, en general, y con precios históricos que no se veían hace muchos años”, resumió Vedoya en diálogo telefónico, y pasó a describir las diferentes situaciones productivas entre ambas provincias.
“La superficie sembrada con soja en Salta viene decreciendo en los últimos años, donde muchas hectáreas se volcaron al maíz porque hace tiempo que la soja dejó wde ser un negocio para los salteños”, comenzó contando. “La situación es sensiblemente diferente en Tucumán, donde los productores están obteniendo buenos y muy buenos rindes, en promedio, ya que tuvieron adecuados milimetrajes de lluvia y bien distribuidos”, agregó.
Sin embargo, reconoció que “los rendimientos bajan sensiblemente cuando analizamos la situación en el sur de Salta y el este de Tucumán”. “Por ejemplo, en Las Lajitas (Salta) hay campos con muy buenos resultados, pero otros establecimientos tuvieron resultados muy irregulares. En cambio, en Tucumán, prácticamente de norte a sur, los rendimientos son bastante estables”, destacó el hombre de campo.
Vedoya se detuvo para explicar la situación en Salta. “La superficie salteña con soja registra fuertes retrocesos porque producir soja no era negocio, cuando sí lo era hace unos 15 años atrás. En los últimos 2 años la superficie sembrada se estabilizó, pero está muy lejos de las mejores épocas en el sector. Muchos productores se volcaron al maíz por varios factores: para ayudar a la rotación, para mejorar el suelo y por los buenos precios que tiene ese grano. La cosecha de la campaña 2021 aún no comenzó; veremos qué resultados arroja”, describió.
Las enfermedades siempre aparecen en los campos con distintas incidencias. Al respecto, el Coordinador de los Grupos CREA de la región dijo a Revista Producción: “Los campos mostraron una buena sanidad en este campaña en toda la región, sin la aparición de problemas graves, ni ‘roya’ ni ‘enfermedades de fin de ciclo (EFC)’, porque se hicieron muy buenos trabajos sobre la soja utilizando fungicidas adecuados, tanto en los estadios R3 y R5”.
En materia de precios, Vedoya trazó el siguiente panorama: “Los valores de la soja son muy buenos, pero el Estado captura el 80% de esos precios; es muy difícil planificar con esta carga tan pesada. El grano pasó de cotizarse a U$S 500/tn a U$S 650. Siempre suma que los precios suban, pero un tercio de cada dólar que aumenta van al Estado, a lo que aún debemos agregar los impuestos, los insumos y las labores a campo”.
Por último, el Asesor CREA NOA describió qué actividades desplegarán en relación con los números de las producciones de soja, maíz y poroto. “Este año proyectamos hacer unos 2 o 3 análisis de campaña, virtuales: soja, maíz y poroto. El de soja sería en junio, el primero de su tipo, donde nosotros vamos a mostrar los números reales del Movimiento CREA en esos tres granos. Serán 3 días distintos, seguramente, de actividades abiertas al público -por lo general-, utilizando alguna plataforma online que comunicaremos”.
En Tucumán hay menos superficie son soja porque fueron a caña y citrus
Roberto Palomo, vicepresidente de APRONOR (Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte) trazó un panorama más detallado respecto de Tucumán, marcando las asimetrías entre sus zonas productivas.
“Respecto de las 240.000 hectáreas con soja que tuvo Tucumán, hoy estarían en el orden de las 160.000 y 170.000 hectáreas cubiertas con la oleaginosa. Está claro que va decreciendo la superficie sojera por el avance de la caña de azúcar, porque los agricultores se ven tentados de volcarse a productor alcohol como biocombustible en la zona privilegiada cercana al pedemonte provincial, y porque otros optaron por el citrus”, sintetizó.
Y en cuanto a la campaña sojera, dijo: “Estamos en la recta final de la cosecha, con rindes muy variables según las zonas productivas analizadas. En el pedemonte, que yo la defino como la zona privilegiada, tuvieron buenos milimetrajes de lluvia y buenos rindes. En cambio, en la zona este, que es mi caso -está en El Bobadal- en una distancia de entre 3 y 4 km entre un campo y otro, los rendimientos oscilan entre 1.500 kg/ha y 2.500 kg/ha, que significa una fuerte variación. En estos casos las lluvias fueron escasas y no lograremos resultados productivos óptimos”. A lo que agregó: “en cambio, los agricultores que recibieron más milímetros están teniendo un buen año y aprovechando los precios actuales, que son valores que no se veían hace unos 10 años”.
En este punto analizó el vínculo Estado y sector productivo. “Es bueno que haya precios altos, y cuanto más altos mejor, pero el Estado nos saca cada vez más; nos absorbe muchísimo dinero. El problema es que países similares, que producen igual que la Argentina, tienen menos retenciones e impuestos, por lo que reciben más dinero que nosotros por tonelada producida”, deslizó su crítica a la estructura impositiva vigente.
Comparando esta campaña con la del año pasado. ¿cómo se encuentran?, preguntó Revista Producción. “Este año 2021 es mejor que el pasado año 2020, en materia productiva y precios. Pero estamos enfrentando escasez de repuestos e insumos por menores volúmenes de producción, donde ese contexto se agudiza porque esos elementos se cotizan a ‘dólar libre’ porque no hay disponibilidad de ‘dólar oficial’. Por ejemplo, una cubierta de una cosechadora cuesta $ 500.000, y sólo hay algunas medidas de ruedas porque, además, las fábricas produjeron y producen menos, no sólo por falta de personal -por la pandemia- sino también porque disponen de menos insumos. Esta cadena de problemas hizo que los precios se fueron por las nubes, a lo que se agrega al valor del billete verde. Por ejemplo, no encontramos artículos de goma y los de hierro están muy caros, con sus cotizaciones altísimas. Así es imposible trabajar”, razonó el productor.
¿El contexto es muy complicado para el sector?, fue nuestra repregunta.
“Estamos en una coyuntura muy complicada, que se suman a los problemas estructurales que padece la Argentina: emisión de dinero, inflación, falta de dólares y más retenciones. Por eso, invertir en nuestro país es de locos, además que constantemente se cambian las reglas de juego, y ni qué hablar de las tarifas públicas. Emprender es muy difícil y el Gobierno sólo consigue generar una gran incertidumbre respecto del presente y del futuro. El inversor y el empresario tienen muchísimas dudas, además de que están muy desanimados. Y todo esto incide en que se genere menos empleo y no se agregue valor a nuestras producciones”.

Por Daniel A Vaca

Esta nota fue publicada en las páginas Nº 16, 17 y 18 de la edición digital de la revista de Mayo (2021) / Junio 2021.







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