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Mar/Abr 2012


Ganadería

¡A no dormirse!

En la ganadería que viene, el bienestar animal, el del propio trabajador de la cadena, y la trazabilidad del alimento que se ofrece, seguramente marcarán la diferencia ante los compradores. Necesitará de estas herramientas cuando nuestro mercado pecuario externo se normalice.

Revista PRODUCCION: ¡A no dormirse!
Pésimo manejo de la jeringa en una vacunación. Ya no puede aceptarse.
 
Revista PRODUCCION: ¡A no dormirse!
El maltrato de la hacienda derivará en serias dificultades para vender carne vacuna en el exterior.
 

A esta altura de los acontecimientos pocas dudas caben de que la ganadería que viene es mucho más que carne obtenida en condiciones naturales.
En términos comerciales, la implementación de las normativas legales y la observación de indicadores de cómo se deben manejar los animales durante todo el proceso de producción, adquieren mayor relevancia para acceder a los mercados de alto poder adquisitivo, cada vez más exigentes. Cuestiones como el bienestar animal, o el del propio trabajador de la cadena, o la trazabilidad del alimento que se utiliza, sin dudas marcarán la diferencia frente a los compradores.
Para los técnicos del INTA, estas prácticas se irán transformando en parámetros de calidad, y se volverán ventajas competitivas.
Para responder a este desafío es indispensable tomar conciencia, capacitarnos, y asumir las responsabilidades que nos correspondan dentro de cada uno de los eslabones involucrados con la carne bovina como un todo: criadores, invernadores, consignatarios, transportistas, frigoríficos, mercado interno y externo.

PÉRDIDAS PALPABLES
Respetando pautas de bienestar animal lograremos animales más dóciles, con menos estrés y, por ende, más fáciles de manejar. Su renta será mayor, y para muestra basta un botón.
Por cada 20 a 30 minutos de trabajo estresante, se produce un 0,5% de desbaste en los animales, además de retrasar su desarrollo y producir carne de baja calidad. A su vez, golpes y traumatismos repercuten desfavorablemente en el sistema inmunitario de los terneros, al favorecer la entrada de diversos patógenos, como los responsables de mancha y gangrena.
Asimismo, en el caso de la atención del parto en las vacas, los procesos relacionados deben ser realizados con responsabilidad, por personal competente, debidamente capacitado y supervisado por un profesional de las ciencias veterinarias.
Por lo pronto, empiece por erradicar los malos hábitos, tan arraigados en nuestro campo, a la sazón practicados por el personal y tolerados por la administración, como el folklore de la yerra o la manipulación de las jeringas. La formación de abscesos por falta de higiene adecuada de las jeringas produce malestar y mucho dolor en los animales, por lo que dejan de comer.
Y si no comen, no ganan kilos.
Desde luego también debe desterrar el empleo de la picana eléctrica. Su uso indiscriminado se traduce en animales intranquilos y difíciles de manejar, producto del dolor y del miedo, atribuibles a los shocks eléctricos. En animales terminados, listos para la faena, provoca decomisos, debido a las hemorragias y la inaptitud de la carne para su posterior procesamiento, especialmente en el caso de los cortes de mayor valor.
También juega en contra la falta de protocolos de trabajo, por lo cual el personal está expuesto a autovacunaciones, o en casos de jeringas en mal estado de conservación o mantenimiento, a que los líquidos se escapen de las mismas y se pongan en contacto directo con el vacunador, con el riesgo de ser absorbidos por vía conjuntival, respiratoria o dérmica.
El uso de protectores faciales, guantes, overol y botas como elementos de protección individual se hace obligatorio para estas tareas.

ACÁ TAMBIÉN
¿Y qué decir de las instalaciones? Es en la manga donde se produce la mayoría de los accidentes de trabajo. Por eso:
• Es preciso cuidar que no haya salientes punzantes, tablas rotas, alambres o tornillos que puedan producir lesiones, no sólo a los animales sino también al personal.
• Revise el funcionamiento del yugo. Las partes que tienen movimiento deben estar perfectas, sin desgastes, bien engrasadas, sin roturas. Las puertas laterales y las trancas deben abrir y cerrar fácilmente y bien.
• El toril debe ser de paredes laterales ciegas, con un espacio inferior de drenaje para la salida de la materia fecal y el barro. Controle el funcionamiento de las tranqueras, de modo que el cierre sea fácil y seguro.
• De ser necesaria la entrada de un hombre de a caballo, para evitar accidentes deberá cruzar los estribos por arriba del recado y trabajar desestribado.
• Coloque en la manga los animales justos, para que no se den vuelta o salten, exponiendo así al trabajador a posibles traumatismos.
• Disponga una zona de escape de no menos de 5 metros entre la manga y el alambrado perimetral, de forma que si salta un animal nervioso, el personal que está trabajando pueda alejarse. La zona de escape debe contar con dos salidas, por donde el animal pueda salir sin ser azuzado.

EN LA RUTA
Resta referirse al transporte. Los animales no pueden llegar a destino golpeados, ni mucho menos muertos, para lo cual debería asegurarse de que el conductor conozca los conceptos generales del bienestar animal y de que el camión y la jaula estén en condiciones de prestar el servicio por el que se paga.
Sería aconsejable que el productor conviniera con el camionero la ruta por seguir y las paradas que tenga previsto realizar.
Hoy la tecnología disponible ofrece la posibilidad de que el transportista esté comunicado permanentemente con el productor para solucionar cualquier problema imprevisto lo antes posible, evitando de esa manera el desgaste y sufrimiento innecesario de la hacienda transportada.


La gente cuenta

No pierda de vista aquellos factores que permitirán reducir los riesgos a los que está expuesto un trabajador agropecuario. Tómese un tiempo para evaluar cuánto dinero significa el hecho de tener un siniestro en su empresa. Las buenas prácticas mejoran la seguridad laboral, por el simple hecho de que el trabajador rural está en contacto con animales que tienen entre 3 y 10 veces su masa corporal; y un animal nervioso, alterado, del cual uno no puede predecir su reacción, puede -y lo hace- ocasionar accidentes con consecuencias graves para las personas.


Elegir y formar

Adoptar las herramientas adecuadas permitirá implementar un sistema de producción intensivo y racional, altamente eficiente. Pero esto requiere cambios, y lleva tiempo. También demanda un esfuerzo desde la dirección empresaria, tanto en la selección como en la formación del personal. Recuerde que encontrará resistencia cuando les pida cambios a personas habituadas a hacer lo mismo durante años y años. Por eso la capacitación es indispensable. Hay una enorme diferencia entre los que saben por qué se hacen las cosas y aquellos que sólo las hacen.

Fuente: Méd. Vet. Luis Rhades,
MSc (MV) Natalia Aguilar,
Ing. Roberto Villanueva,
Méd. Vet. Héctor E. Schreyer (INTA)
Ganadería y Compromiso Nº 38 IPCVA

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 58 y 59 de la edición digital de la revista de Marzo / Abril 2012.
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