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Jul/Ago 2013


Soja

Hacer soja en el norte argentino se ha vuelto toda una aventura

Los productores están ante una encrucijada respecto a la próxima campaña sojera 2013-2014. Las razones son atribuidas, principalmente, a las condiciones climáticas adversas que afectan al sector por tercer año consecutivo y a los números que dejó la cosecha. Eso, sumado a la falta de previsión y al escaso o nulo acompañamiento de políticas que alienten la producción en el sector, es probable que siga disminuyendo el área del cultivo.

Revista PRODUCCION: Hacer soja en el norte argentino se ha vuelto toda una aventura
 

Los productores están ante una encrucijada respecto a la próxima campaña sojera 2013-2014. Las razones son atribuidas, principalmente, a las condiciones climáticas adversas que afectan al sector por tercer año consecutivo y a los números que dejó la cosecha. Eso, sumado a la falta de previsión y al escaso o nulo acompañamiento de políticas que alienten la producción en el sector, es probable que siga disminuyendo el área del cultivo.
Concluida la campaña de oleaginosa en todo el país, la Bolsa de Cereales porteña como primer dato de la cosecha, informó que finalizó con 48,5 millones de toneladas, con un rendimiento promedio de la soja de 2.500 toneladas por hectárea. Así las cosas, se supo que en los campos ubicados en el norte bonaerense y sur santafesino, el rinde medio alcanzó los 3.450 kilos por hectárea, cifra un 34 por ciento superior al registrado en el ciclo anterior. En tanto, la trilla en el norte de La Pampa y oeste bonaerense, los rindes promedios fueron de 2.780 kilos (una merma del 3 por ciento respecto a la campaña pasada); mientras que en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y el sur de La Pampa, fueron de 1.600 kilos, o sea una caída en el rendimiento del 23 por ciento respecto a la anterior cosecha.
Pero si esos números asustan un poco (al inicio de la campaña se hablaba de obtener 51 millones de toneladas de soja según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ó 53 millones según el Ministerio de Agricultura de la Nación) en esta parte del país, el NOA, los productores reconocieron que el rendimiento promedio del grano fue apenas de 1.400 kilos por hectárea (en Tucumán), siendo el sur de la provincia la zona más afectada, principalmente por la sequía.
El presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT) Sebastián Robles Terán, destacó al respecto que en la provincia el productor sojero está preocupado por la situación de tres años de sequía que afecta al cultivo y que redujo considerablemente la producción, en especial, analizan cómo encararían la próxima campaña.
Robles Terán hace hincapié principalmente en los costos del sector que sufrieron un fuerte aumento, como los químicos, que se fueron por las nubes y en dólares, y el costo laboral que también subió.
En ese sentido dijo que desde la SRT se gestionó la Emergencia y también el Desastre Agropecuario, ante el Poder Ejecutivo para aplacar la difícil situación del productor tras tres malas campañas consecutivas. "La situación financiera del productor es muy difícil porque ya venía del año pasado mal y los costos van aumentado debido a un dólar fijo, a la inflación y nosotros cuando vendemos lo hacemos a valor del dólar oficial. Los ingresos no alcanzan para cubrir los costos. Esta situación en que nosotros ponemos los números de rendimiento a valores normales con los precios que hoy tienen los insumos, vemos que para el año que viene será muy difícil lograr márgenes brutos positivos".
Y es que a pesar de que el precio de la oleaginosa fue bueno, la suba de costos y la caída de la productividad, hicieron que el margen bruto fuera insuficiente para cubrir los gastos, sobre todo en el caso de lotes arrendados.
También la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres -EEAOC- concluyó que la cosecha fue mala por una sequía muy fuerte que afectó toda el área sembrada.
"Una acentuada sequía fue la característica sobresaliente de la campaña 2012/2013. Durante gran parte del ciclo prevalecieron condiciones de altas temperaturas combinadas con escasas precipitaciones que determinaron un escenario desfavorable para la adecuada implantación y desarrollo de los cultivos", señaló el Jefe de la Sección Granos de la entidad, Mario Devani.
En efecto, el técnico dijo que la campaña, finalizó con un rendimiento promedio estimado de alrededor 1.400 kilos por hectárea, lo que significó una pérdida del 57 por ciento en comparación con el rendimiento promedio de la provincia en las últimas cosechas con lluvias, que fue de 3.200 kilos.
"La escasez hídrica y las elevadas temperaturas fueron superiores a las de la campaña anterior; sin embargo, en cuanto a los rendimientos, se observó un pequeño incremento de un 14,4 por ciento respecto al periodo 2011-2012, que por las precipitaciones ocurridas en abril ya durante la trilla, fue de 1.230 kilos por hectárea, la peor en diez años".
Desde la entidad investigadora se destacó además que la superficie sembrada en Tucumán disminuyó nuevamente igual como ocurre desde hace cuatro campañas. Se pasó de 293.220 has. en el ciclo 2008/09 a 172.630 has. en la presente campaña, lo que implica una disminución del 41 por ciento en cuatro años.
Para Devani, el factor determinante de esa disminución del área sojera fue el extenso período de sequía que determinó un importante atraso en la siembra. Muchos productores se pasaron a caña de azúcar, maíz, poroto y citrus, cultivos que se adaptan mejor al clima.
"Este año, la escasez hídrica y las altas temperaturas fueron superiores a las de la campaña anterior; sin embargo, en cuanto a los rendimientos, se observó un pequeño incremento de un 14,4 por ciento respecto al período 2011-2012, que fue de 1.230 kg/ha, la peor en diez años".
Devani explica que las sequías ocurrieron durante la implantación y desarrollo del cultivo; mientras que en 2012, hubo lluvias en abril, momento en que se iniciaba la trilla, situación que provocó una pérdida importante.
"Muchos productores acumulan dos años de pérdida, a lo que se suma la imposibilidad de sembrar en invierno debido que no hubo recarga del perfil del suelo; para ellos, sería imposible encarar la inversión para encarar la próxima campaña sojera".
Devani recomendó a los productores que trabajen de una manera defensiva y con un criterio de economía de agua, realizar los barbechos en tiempo y forma, adoptar esquemas escalonados de fechas de siembra, trabajar con cuidado los rastrojos, trabajar con una densidad de planta no muy alta y, en vez de emplear variedades adaptables, usar las estables y alta potencialidad.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires envió este año a técnicos del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la entidad, Maximiliano Héctor Zavalla y Damián Gustavo Zammarro, quienes al recorrer las principales áreas productoras de soja en Salta y Tucumán vieron campos devastados, parcelas enteras abandonadas y cultivos arruinados.
En Salta relevaron los departamentos Anta y San Martín, donde presentaron un panorama desalentador, con una caída de los rindes importante, como así también una baja en la calidad del grano.
Según las estimaciones de los técnicos, las pérdidas indican una caída de 320 mil hectáreas de soja.
Asimismo, se reconoció que las pérdidas en la producción agropecuaria del norte de Salta por la sequía fueron casi totales y azotaron Orán, San Martín, Rivadavia, Rosario de la Frontera, Metán y La Candelaria.
En una nota, Lisandro de los Ríos, gerente de Prograno, explicó que el promedio anual de la campaña de soja en Salta alcanza 1.800.000 toneladas, en un período normal, pero este año no superaron las 300.000 toneladas. En el caso del maíz, el promedio anual llega a las 900.000 toneladas, mientras que en esta campaña la cifra llegó a las 200.000 por ejemplo debido al clima adverso.
La pérdida es prácticamente total y, en el mejor de los casos, es posible que se logre rescatar algo para semilla. Las pérdidas se cuantifican entre los 2.500 y 4.200 millones de pesos.
Se precisó que la pérdida de la cosecha granaria afecta a la cadena de pago y eso repercute en el interior de las provincias con serias consecuencias sociales donde sobresalen hechos de pérdida de puestos de trabajo, postergación de inversiones, caída en la actividad de talleres, gomerías, casas de repuestos, ventas de maquinarias y en el comercio en general.
El norte de Salta, según los productores, atraviesa una crisis sin precedentes ya que la crisis por la sequía podría dejar a miles de trabajadores sin empleo en la zona con miras a la campaña 2013-2014.
Los productores de la región sostienen que las lluvias registradas en el período estival fueron las más bajas que se conocen para la época. Desde diciembre de 2012 a abril de 2013 las lluvias fueron inferiores a lo normal; no superaron el mínimo referente. Asimismo, las temperaturas durante dicho período fueron superiores a lo normal, fenómeno que se sufrió en Salta, norte de Santiago del Estero y Tucumán.
En el departamento de Anta, ubicado en el corazón agropecuario de Salta, los productores tuvieron pérdidas cercanas al 40 por ciento; eso, sumado al aumento de los costos de producción y la fuerte presión fiscal del Estado, los productores no saben cómo encararán la próxima campaña. Más teniendo en cuenta que la anterior cosecha también fue mala.
El promedio de toneladas en todo el departamento en años normales ronda el millón, pero se habrían cosechado 650.000. Muchos perdieron plata y la mayoría solo cubrió sus gastos.
En Las Lajitas, se sacaron cerca de 900 kilos por hectárea, cuando el promedio es de 2.900 kilos.
"La sequía de esta campaña es una de las más graves registrada en la zona, no sólo por la falta de lluvias, sino también por las altas temperaturas que se dieron en el periodo estival. La superficie de cultivos afectados por la sequía es -según los productores de Joaquín V. González- del 100 por ciento de lo sembrado, con diferentes grados de pérdidas. El rendimiento promedio final apenas superó el tercio del rendimiento normal con buenas lluvias y temperaturas no tan altas".
Según un informe de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), a partir de una encuesta a sus asociados, el 2,2 por ciento del área agrícola de campos de productores CREA no se pudo sembrar con ningún cultivo. También se verificó que el 28 por ciento de la superficie dedicada a soja se implantó tarde, con un atraso promedio de 19 días.
La superficie implantada con soja en Tucumán registró un decrecimiento del orden del 25 por ciento, 58.590 hectáreas, respecto de la campaña pasada. En tanto, el departamento de Burruyacu, al norte de la provincia, fue el que presentó la mayor retracción del área sojera, seguido por los departamentos de Graneros, La Cocha y Leales.
En el área maicera de Tucumán se detectó un incremento del orden del 31% (15.280 hectáreas).
Burruyacu fue el departamento con mayor incremento de superficie maicera, seguido por Graneros.
Entre los factores determinantes de la retracción del área sojera se destacan la ampliación del cultivo de caña de azúcar y la fuerte sequía que caracterizó al ciclo 2012/2013.
Cabe resaltar que una importante parte del área sojera estuvo expuesta a condiciones de déficit hídrico durante el período de siembra, lo que ocasionó retrasos y en algunos casos ausencia de siembra, como así también sustitución por maíz u otros cultivos.
El análisis de la evolución del área cultivada con soja y maíz en Tucumán, en las últimas campañas, muestra en general una tendencia decreciente para el caso de la soja y creciente para el maíz.

Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 38, 39 y 40 de la edición digital de la revista de Julio / Agosto 2013.
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