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Ene/Feb 2009


Ganadería

la genética en la línea de largada

Diversos especialistas expusieron sobre los avances de la tecnología y reclamaron el compromiso de los sectores público y privado, para poder desarrollar el gran potencial local.

Revista PRODUCCION: la genética en la línea de largada
 

El Foro de Genética Bovina llevó a cabo una jornada de actualización en el marco de la Rural de Palermo y dejó en claro que dispone de las más variadas y avanzadas herramientas tecnológicas, además de investigadores en acción y que sólo espera una señal de certidumbre en materia de política ganadera como para lanzarse al desarrollo pleno. Once especialistas en distintas ramas, abordaron la situación y perspectivas de la genética, el uso de los marcadores moleculares, la clonación y los desafíos pendientes en materia de mejoramiento genético.
Los diversos paneles contaron con la moderación de Claudio Fioretti, Director Genético de Estancias y Cabaña "Las Lilas" y durante el primer bloque, el ingeniero Mario Etcheverry, presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial (CABIA), reseñó la historia de la genética en la Argentina señalando que en nuestro país "existen unos 40 centros de inseminación artificial y 29 bancos de semen". Si bien destacó que no hay números precisos sobre el stock de animales, estimó en 56 millones la cantidad de cabezas totales, en las que se incluyen 23 millones de vacas, de las cuales 21 millones corresponden a razas carniceras y el resto a productoras de leche. Sin embargo, en materia de inseminación artificial se utilizan 4,4 millones de dosis anuales y 1,8 millones corresponden a producción de carne, lo que implica (a dos dosis por ternero) la generación de 900 mil crías. De todas maneras, el uso de inseminación es más elevado en lechería (65%), sector donde el semen importado es predominante (75%) frente al nacional. A la inversa, en carne, el uso de material nacional llega al 94% y el resto es extranjero.
Etcheverry hizo una comparación con Estados Unidos, país que cuenta con un stock bovino de 97 millones de cabezas y donde el uso de la inseminación en lechería llega al 82%, mientras que en carne sólo alcanza el 5,1%. En el caso de Brasil, el país vecino alcanzó un gran desarrollo de la ganadería (en los últimos 6 años creció un 20%) y consume 7,5 millones de dosis habiendo aumentado el uso de semen importado en un 1500% por lo que se convirtió en un comprador de magnitud que nuestro país podría aprovechar principalmente ofertando genética en materia de razas Holando y Jersey. El comercio mundial -según explicó Etcheverry- es liderado por Estados Unidos que vende 12,5 millones de dosis generando un ingreso de 75 millones de dólares, seguido luego por Canadá, la Unión Europea y los Países Bajos. Las exportaciones argentinas actualmente están dirigidas a Brasil, Paraguay, Uruguay y en menor medida, Colombia y Venezuela. "Estamos limitados aún debido a algunas normas sanitarias, pero esperamos tener muchos más mercados", sostuvo y añadió que "hay muchos países interesados en nuestra genética, por lo que es necesario que los sectores público y privado trabajen en forma conjunta para abrirse hacia todo el mundo y no quedarse sólo en Latinoamérica", concluyó.

La necesidad de registrar
A su turno, el asesor de la SRA y profesor de la UCA, Daniel Musi, señaló que en el comercio de genética existen "barreras sanitarias y arancelarias muy fuertes", aunque consideró como ventajas que "el sexado de semen y la inseminación a tiempo fijo, junto con el aporte de la clonación, pueden ser los sistemas revolucionarios" que desarrollen aún más la genética en el futuro. El especialista instó a promover un masivo registro de animales ya que "entre el 70 y 80% de los toros se comercializan sin información y muy pocos forman parte de un programa de evaluación genética". Dijo además, que la prioridad de los compradores por el fenotipo es muy baja y señaló que "nuestros criadores siguen adquiriendo reproductores sin información objetiva, por lo que se necesita poner en marcha el conocimiento de la tecnología, relacionándolo con los costos".
Carlos Munar, pionero en transferencia embrionaria realizada en nuestro país, destacó las posibilidades que brinda el mercado de embriones, aunque puntualizó que "se necesita una visión compartida del negocio de la genética entre criadores, técnicos e instituciones para concebir mercados a través de un plan estratégico y acciones concretas". Destacó el potencial argentino en este ámbito apuntando hacia el mercado interno, "hay que pensar en razas para cada sistema de producción, tanto para climas subtropicales y templados, con un criterio de selección que contemple la adaptación al ecosistema, fertilidad y sanidad. Para ello contamos con los Dep’s (Diferencias esperadas de progenie) y los marcadores genéticos".
A la hora de remarcar las ventajas del transplante embrionario, remarcó que "transmite el 100% del potencial genético (en el caso del semen es el 50%), no transmite enfermedades, el costo de transplante de 1000 embriones es menor que el de un animal en pie, mientras que las crías obtenidas poseen una mejor adaptación al nuevo ecosistema". Entre las desventajas, enumeró "el riesgo técnico en las receptoras y el costo financiero hasta que el embrión entrega las bondades" lo cual se produce entre tres y cuatro años.
Respecto al panorama del sector, Munar dijo que la producción de embriones en el país se mantiene estable desde 1999, aunque hubo un crecimiento en la exportación pasando de 576 en 1999 a 4372 en 2007. "El 75% de las compras del año pasado las realizó Colombia", resaltó. Si bien el potencial es halagüeño, el "cuello de botella" acontece a la hora de lograr financiamiento para los proyectos. Los mercados más importantes para la Argentina están no sólo en el Mercosur, sino que podría generarse una significativa apertura a países como China (gran demandante), Nigeria, Argelia y Rusia, aunque para ello también habrá que desarrollar nuevos protocolos sanitarios. Finalmente, el investigador expresó que "exportar genética no es como vender un auto y que cada quien lo use como quiere. Esto debe estar acompañado por un paquete tecnológico para garantizar el buen resultado".

Clonación en la vidriera
La especialista en clonación Florencia Rigali (Halitus Biotecnología), se refirió a ventajas y problemas de este método de reproducción, explicando que sus principale aplicaciones en zootecnia apuntan a animales de alto valor genético, que pueden ser clonados a partir de óvulos o células.
Relató algunos de los procesos de la técnica, aunque señaló que "aún no es muy eficiente". De todos modos, a través de la clonación "se asegura la transmisión del total del potencial genético, se eliminan las barreras sanitarias y se pueden reinsertar al sistema productivo la genética de animales con dificultades reproductivas e incluso muertos". Además el sistema permite la conservación de genes primitivos.
A su turno, Rodolfo Cantet, investigador del Conicet, presentó un informe de la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos de los EE.UU.) que asegura que no difieren las características entre animales clonados y no clonados en lo que hace a seguridad alimentaria. Aclaró que "la clonación constituye una tecnología reproductiva y no de mejoramiento genético" y remarcó que las "asociaciones mundiales de criadores están aceptando animales clonados, aunque no transgénicos".
Por su parte, Gonzalo Vidal, a cargo de los Registros Genealógicos de la SRA, explicó las nuevas características reglamentarias para la inscripción de clones, los cuales poseen algunas restricciones. Si bien el sistema aún no se ha desarrollado, todo hace presumir que habrá que estar preparado para el futuro cercano, en virtud del avance biotecnológico de nuestro tiempo. Por ese motivo Vidal opinó que "deberían ser clonados, aquellos animales superadores de la raza" y particularmente hembras, ya que "a través de la inseminación -dijo- tengo toros con más de mil hijos y puedo lograr madres con más de 100 hijos por el método de transferencia embrionaria".
Por último, señaló que "el único que decide clonar es el dueño del animal" y coincidió con el disertante anterior, acerca de que "los clones son registrables sino son organismos genéticamente modificados".

Marcadores moleculares
En materia de utilización de marcadores moleculares genéticos (son biomoléculas que se pueden relacionar con un rasgo genético), Pablo Corva, de la facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Mar del Plata sostuvo que "contribuyen a medir cosas que no vemos en la selección" aunque siguen dependiendo del cálculo de Dep’s. Manifestó que actualmente se está avanzando en "paneles de marcadores" que permitirán la selección genética para determinar las regiones que controlan caracteres productivos. Este sistema, establecería con mayor precisión la transmisión genética de padres a hijos, lo cual hasta el día de hoy se constituye en un misterio. Corva expresó que "nosotros (los genetistas) vemos al ADN como un rompecabezas de cromosomas con un sistema de marcadores que siempre harán cambios favorables. Mientras tanto, los criadores hacen un proceso intuitivo de selección". De todos modos, aunó ambas posturas, indicando que "es eficiente ponderar marcadores y Dep’s con criterio económico, como por ejemplo en destete, grasa dorsal o intramuscular", aunque igualmente dicha información debe ser confrontada con "lo que vemos del animal a campo".
Finalmente, cerró este panel Horacio Guitou, del Programa de Evaluación de Bovinos del INTA, quien destacó los avances que se vienen produciendo en determinar calidad de carne a través de ultrasonido. Reconoció que hasta el momento "es difícil medir la terneza", aunque estimó que "los marcadores nos permitirán avanzar en ese sentido". Dijo que con este método ya se pueden determinar 12 caracteres y que "si bien el aplomo y la conformación son factores valorables, se debe ahondar más en crecimiento y calidad de carne". Añadió que con estas herramientas, "hay además mucho campo para investigar sobre resistencia a enfermedades".

Desafíos
En el panel que se refirió al futuro de la genética argentina, el representante de la Asociación de Criadores de Holando Argentino (ACHA) Mario Orlandi, se refirió a la estructura que la entidad posee para registrar a los animales lecheros. Los datos que hoy se controlan, tales como cantidad de leche, grasa y proteínas, serán ampliados en los próximos años a "células somáticas, longevidad, fertilidad y facilidad de parto". Orlandi señaló que actualmente se controlan 550 mil animales sobre un total de 2,2 millones y en 3 años esperan tener registros sobre un millón de animales. Por otra parte, hizo hincapié en que "la Argentina, es el único país del mundo en el que estos controles deben ser pagados en un ciento por ciento por el productor, sin ningún aporte del Estado"

Revista PRODUCCION: la genética en la línea de largada
 
Revista Anales de la Sociedad Rural Argentina,
Año CXLI, Nº 4, Septiembre de 2008


Esta nota fue publicada en las páginas Nº 54 y 55 de la edición digital de la revista de Enero / Febrero 2009.







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