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Ene/Feb 2009


Buenas prácticas agrícolas

"estamos hipotecando los años venideros"

a raíz del cambio climático

Entre atención de llamados telefónicos internacionales, mails, libros y centenares de papeles, vale la pena escuchar a este entusiasta Osvaldo Canziani -premio Nobel de la Paz 2007- dibujar con energía, simpleza y cientos de datos; los próximos años de la vida en el planeta tierra. Rescata la preocupación de algunos hombres de campo por conservar a su aliada: la naturaleza.

Revista PRODUCCION: "estamos hipotecando los años venideros"
 
Revista PRODUCCION: "estamos hipotecando los años venideros"
 
Es argentino. Integró el equipo de Al Gore (vicepresidente de los Estados Unidos entre 1995 y 2001 bajo la presidencia de Bill Clinton y candidato a la presidencia en 2000), que ganó en 2007 el premio Nobel de la Paz por sus trabajos en defensa del medio ambiente. A propósito de este importantísimo premio, indudablemente en dicha oportunidad indiscutido por el tema que se galardonó, pues nos ataña a todos, Osvaldo Canziani declaró: "Espero que ésto sirva para que reaccionen los gobiernos y comiencen a darle importancia al cambio climático, porque sin futuro climático no hay futuro de país".

UN PROBLEMA ACUCIANTE
Para graficar el problema del cambio climático que afecta a todo el planeta, comienza a relatar con convicción: "Si en Brasil se sigue talando la Amazonia como hasta hoy, van a producirse problemas muy graves en el continente, incluso en todo el mundo. Tan grave es el diagnóstico que Noruega -un país muy serio- le está pagando a Ecuador todo el petróleo que hay en una cuenca debajo de la selva del oriente ecuatoriano, para que no desmonte. O sea que un país le paga a otro una especie de indemnización, para que no siga deforestando".
Lo notamos más drástico que hace unos años.
Es que si la sociedad -sigue Canziani- no decide hacer algo, en forma urgente y coordinada, se encontrará con verdaderas catástrofes. Por ejemplo, lo que ocurrió hace poco tiempo en Tartagal, Salta, con las inundaciones. La lluvia que hubo era, dentro de los límites climáticos, normal; pero la deforestación ocurrida fue trágica, porque no había ni árboles, ni raíces que contuvieran tanta agua.
Según Osvaldo Canziani, un modo de tomar conciencia del problema de la deforestación es fijarse lo que ocurre con la Isla Española, en el Caribe. La comparten República Dominicana y Haití. La diferencia es monstruosa: en Haití no hay árboles, porque la pobreza llevó a quemar todas las maderas. Cuando hay un efecto climático crítico, mueren muchas más personas en Haití que en República Dominicana. Han habido recientemente huracanes intensos y ha quedado demostrado que si se sigue "jugando a la ruleta rusa con el clima -explica Canziani-, con el medio ambiente, hasta problemas geopolíticos se van a presentar".
"¿Qué ocurre en Groenlandia por ejemplo?", se pregunta. "Esta colonia que depende de Dinamarca, tenía tierra verde, en siglos anteriores, y se cubrió de hielo, que ahora se está derritiendo, debido al cambio climático. ¿Y qué piensan los pocos groenlandeses que viven ahí? Para ellos es la independencia, porque ahora tienen recursos como para poder vivir con lo suyo".
Canziani continúa poniendo un montón de ejemplos de cambios drásticos en todo el planeta. Concluye que todavía el mundo científico no ha logrado hacerse escuchar por el mundo político para que no siga dañando el planeta con su accionar. El mundo científico avanza pero los políticos no escuchan, según este experto. A fines del siglo XIX los científicos pronosticaron lo que iba a ocurrir por el aumento del dióxido de carbono. Nadie les hizo caso. Hubo que esperar los desastres de la década del ‘70 del siglo XX, o sea más de setenta años, para confirmar que se estaba en lo cierto. Para el meteorólogo, el desafío es adelantarnos a lo que va a pasar en este mundo nuevo, a raíz de la propia acción del hombre: "No pensemos que nuestro andar de hoy no traerá consecuencias para el mundo de nuestros hijos. El problema no es saber si lloverá o no el próximo año, sino que lo que hacemos hoy puede alterar el régimen de lluvias de las distintas regiones".
Para los defensores del medio ambiente, si uno piensa nada más que en resolver los problemas de corto plazo y actúa como si no hubiera consecuencias futuras, estamos realmente hipotecando los años venideros.

PANORAMA ARGENTINO
Si se siguen "mal usando" los recursos -lo más grave es la deforestación de la Amazonia- se cambia el régimen pluvial. "Vamos a explicar con palabras simples el problema -afirma Canziani-. ¿Porqué llueve tanto en la Amazonia? Los alisios del noreste llevan el vapor de agua cargado del mar tropical, entran en el continente y precipitan. Esa enorme masa boscosa del Amazonas recicla la lluvia, evapotranspirándola. Al talar los árboles, esa riquísima zona boscosa se convertirá en un desierto. En consecuencia, por ejemplo, adiós al agua en los ríos del litoral argentino. O sea que, algo que sucede a miles de kilómetros de nuestro país, tiene terribles secuelas para nuestro litoral".
Según Canziani, la naturaleza nos enseñó que en el mundo hay una distribución de zonas -tórridas, áridas, húmedas- que no hubiesen cambiado sin la acción depredadora del hombre. "Por ejemplo -dice-, antes Córdoba era elegida para curar el asma y hoy, en cambio, es muy húmeda. ¿Qué pasa con las costas bonaerenses? ¿Se acuerdan de los (vientos) pamperos? Hoy hay más sudestadas y menos pamperos". Y explica que el pampero viene de la tierra, era seco, y no tenía agua como la sudestada que viene del mar. Ahora al calentarse la Patagonia, entran los vientos húmedos del Pacífico por el sur y bombean aire y vapor de agua con erosión en las costas bonaerenses.
Específicamente la Argentina, ¿va a sufrir el cambio climático?
Sí, lo va a sufrir. Yo entré en meteorología en 1945, cuando tenía poco más de 20 años. Había 4.000 pluviómetros para medir las lluvias que cubrían casi todo el país. En la provincia de Buenos Aires, yo encontré 250 medidores pluviométricos, que me sirvieron para hacer el estudio de la geografía de la pluviosidad de la zona bonaerense. Hoy casi no queda ningún medidor oficial como para poder saber el régimen actual de lluvias. Recuerda que en la década del ‘80 la Unesco eligió a Olavarría, por sus características como muestra de la zona pampeana, para hacer un estudio pluviométrico desde 1905 hasta 1970. Hasta ese año -1970- no había lluvias superiores a 60 milímetros, por ejemplo, en la localidad de General Villegas (oeste bonaerense). Y en noviembre de 1985 se comprobó que en esa zona había un régimen de lluvias superior en un 250% a las habituales.
El problema principal para Canziani es que no hay datos por que se trabaja en el día a día y no con planes de largo plazo. Se han perdido las redes de medición, no sólo de lluvias, sino también de los caudales de los principales ríos.
"Supongamos que se puedan prever los climas de los próximos años -dice el experto-, pero no tenemos mediciones, así que es muy difícil el pronóstico. Pero si somos capaces de medir la atmósfera y controlar lo que no debemos emitir (gases tóxicos), en poco tiempo se podrán estabilizar las variables climáticas".

SIMBIOSIS ENTRE EL HOMBRE
DE CAMPO Y LA NATURALEZA
La gente del campo es, según Canziani, muy seria en medir el impacto de sus actividades en la naturaleza. El problema está en los organismos estatales, salvo el INTA. "Señores -remata- el que no mide no sabe, dijo Niels Bohr (N. de la R.: uno de los científicos dinamarqueses más renombrados). La atmósfera merece ser medida". Para los científicos ambientalistas, hacia fines de este siglo, el noroeste y centro de nuestro país serán secos. También parte de la Patagonia, el oeste sobre todo. El oriente del país y las costas patagónicas serán con más lluvias. Según el INTA, "institución absolutamente confiable", la Pampa Húmeda, perderá productividad, igual que Cuyo.
¿Cómo se puede atender al desarrollo y que el cuidado del medio ambiente no se convierta en una barrera para avanzar?
"No hay verdadero desarrollo sin el cuidado del medio ambiente -insiste-. El leve enlace entre la naturaleza y el hombre es el entorno ambiental. Si no lo protejo me quedo sin naturaleza. Los únicos que lo tienen claro, son los hombres del campo. Tal vez porque dependen mucho del clima, o sea, saben que la naturaleza es su co-productora. Hasta la salud depende del clima. Acá no nos preocupamos por nada, porque siempre decimos que Dios es argentino".
Para el científico, no es cuestión de esperar las catástrofes que quizás no podamos prever, pero sí vigilar, dar alertas y decir la verdad. Dice también Canziani que la falta de equidad hace estragos en el medio ambiente. "Lo que ocurre es que la manera más fácil que tienen los políticos de gobernar, es que la gente no tenga cultura ni se eduque. Esto lo sabe todo el mundo".
Tal vez, ésta es la cuestión: hay que educarnos para el progreso. O sea, debemos buscar mejor calidad de vida, pero no a costa del medio ambiente. Sobre todo, no debemos derrochar recursos naturales como si fueran inagotables. "Respetemos la naturaleza -remata Canziani-, que será la mejor manera de respetarnos a nosotros y a las generaciones futuras".

Por José Olivera
Fuente: Confederaciones Rurales Argentinas - Las Bases - Noviembre 2008

Esta nota fue publicada en las páginas Nº 38 y 39 de la edición digital de la revista de Enero / Febrero 2009.







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