Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA


FERTILIZACION Y PRODUCTIVIDAD
DE CAÑA DE AZUCAR

La caña de azúcar es la base económica de la agricultura del Noroeste. En oportunidad de desarrollarse las jornadas de Fertilización en Tucumán, una abarcadora exposición fue ofrecida por el Dr. José Orlando Filho de la Universidad de San Carlos del estado de San Pablo, quien intercambió opiniones con los técnicos locales. Se presenta una síntesis de los conceptos vertidos por el técnico visitante enriquecidos por los datos provistos por panelistas locales.


Existen en el país alrededor de 300.000 has plantadas con caña de azúcar, localizadas primariamente en el NOA (94 por ciento), a lo que se suman plantaciones en el NEA, repartidas en Santa Fe, Misiones y Chaco. La caña de azúcar es uno de los cultivos más fertilizados en el país, como resultado de considerar a la práctica de la fertilización como factor más importante en el aumento de la productividad y longevidad de las plantaciones de caña.
De los numerosos nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo adecuado de la caña de azúcar, se ha demostrado que el más importante en cuanto a respuesta del cultivo es el nitrógeno. Consecuentemente, la caña es quizás el cultivo de mayor consumo por unidad de superficie de fertilizantes nitrogenados en el país, tendencia que va en aumento en los últimos años. En Tucumán, por ejemplo, la urea es el fertilizante de mayor uso en el área cañera, estimándose que se aplican anualmente alrededor de 30.000 t de urea.
Los síntomas de deficiencia de N ocurren inicialmente en la hojas más viejas, primero surge una clorosis uniforme en las mismas. Posteriormente secándose, adquiere una coloración rojo-amarronada. La diferencia de N produce una sensible disminución del rendimiento. La eficiencia en el uso de N y su efectividad depende del cultivo y del manejo de la fertilización. Se debe tener la precaución de incorporar la urea o el fertilizante nitrogenado al suelo, mezclándolo unos 5 cm, para minimizar las pérdidas por volatilización. La asimilación de una excesiva cantidad de N puede resultar en una deficiente maduración de la caña.
El momento y la forma de aplicación del N en el cultivo de caña varía según la zona, y según sea caña planta, es decir el cañaveral recién implantado, o caña soca, que es el cañaveral que rebrota luego del primer corte. En general se adopta como recomendable para el manejo de caña soca, fertilizar aproximadamente a partir de la segunda quincena de octubre hasta fines de noviembre; en cambio para caña planta, a fines de noviembre, ya que en esa época el sistema radicular está en condiciones de absorber y aprovechar mejor el fertilizante (Fogliata F. 1975).
Es factible obtener aumentos promedios entre 100 y 150 kg de caña por kg de N aplicado, con rendimientos máximos asociados a niveles que oscilan entre 120 a 150 kg/ha de N. A esos niveles los incrementos esperados de rendimientos pueden encontrarse en un rango del 30 a 40 por ciento. Existe una serie de trabajos experimentales conducidos en el área cañera de Tucumán que indican que la dosis económica de la fertilización nitrogenada fluctúa entre 60 y 90 kg de N/ha (Luis Figueroa y col, 1988). Estas dosis contribuirían en promedio con el 20% del costo de producción del cultivo. En cuanto al fósforo, los síntomas de deficiencia ocurren en las hojas más viejas que se tornan cloróticas y se secan a partir de las extremidades. Las hojas son más estrechas y cortas que las plantas normales. La fertilización fosfatada de plantío normalmente son suficientes para atender la demanda de caña planta y de las socas subsiguientes. El abono fosfatado debe ser aplicado en el fondo del surco de plantación, cuanto más profundo mejor. En el Brasil, donde son muy comunes severas deficiencias de fósforo no se concibe la producción económica sin el agregado de importantes cantidades de fertilizantes fosfatados. No obstante ésta se realiza de una sola vez a la plantación no requiriéndose aplicaciones de mantenimiento en cañas socas. El porcentaje de suelos con niveles deficientes de fósforo en la zona de Tucumán es significativo pero no hay muchas evidencias que demuestren el aumento de longevidad o productividad de los cañaverales en la región por el agregado de fósforo.
Cuando la limitación es calcio y/o azufre, la aplicación de yeso presenta excelentes resultados, elevando la productividad y longevidad de las socas.
Las respuestas al potasio son similares a las obtenidas con nitrógeno. En Misiones donde existen unas 5000 has de caña, suelos que poseían entre 400 a 550 ppm de potasio asimilable, los niveles asociados con rendimientos máximos fueron de 180 kg/ha de potasio como K2O. (Anderson, 1993). En Brasil la fertilización potásica es habitual y necesaria. Para el caso de la zona de Tucumán, no es común encontrar suelos deficientes de potasio. No obstante existe un área importante sobre suelos arenosos de probables deficiencias de potasio. En estas situaciones, el agregado de potasio podría mejorar no sólo los rendimientos, sino mucho más importante la calidad de la producción, es decir el rendimiento de azúcar. La función del potasio es mejorar sensiblemente todos los procesos relacionados al metabolismo de los azúcares en la planta, desde la asimilación y transporte, hasta la economía del agua.
Para conocer el estado nutricional de la planta y en base a ello adoptar medidas de fertilización adecuadas, es de uso corriente recurrir al análisis foliar. La tabla 1 sugiere niveles óptimos de concentración de nutrientes en hojas maduras de 4 a 6 meses de edad. Para obtener información complementaria es aconsejable realizar también análisis de suelos, ya que la disponibilidad de nutrientes en el suelo juega un papel importante en la determinación de la respuesta del cultivo a la fertilización.

TABLA 1:
NIVELES ADECUADOS DE NUTRIENTES
FOLIARES Y CORRECCION SUGERIDA

NUTRIENTENIVEL DE SUFICIENCIA (%)CORRECCION (kg/ha)
N1.652.5920 - 100 N
P0.200.358 - 80 P2O5
K0.621.45100 K2O
Ca0.430.76*
Mg0.110.3620 Mg O
* No hay datos debido a que la deficiencia de Ca o Mg se observa muy pocas veces y en la mayoría de los casos está asociada con la toxicidad del Al en suelos ácidos.
La corrección es esencialmente el encalado apropiado antes de la plantación.

Dr. José Orlando Filho
Preparado con los datos provistos
por el autor integrante de UF San
Carlos-Brasil y datos locales
revisados por Ricardo Melgar.
Fuente: Fertilizar Nº 3 - Julio 1996












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