El segmento frutihortícola continúa recibiendo ofertas para hacer más
eficiente su potencial de comercialización y las políticas de "marketing". La
última novedad son los cajones plegables de material reciclable entregados en comodato a
los productores. Se trata de una línea que, desde hace bastante tiempo, vive
imponiéndose en las grandes cadenas de expendio de alimentos de Alemania, como es el
caso de Tengelman.
La idea, que nació entre los germanos hace un par de temporadas, tiene como objetivo
facilitar la logística "productor-mercado consumidor" y disminuir los residuos
contaminantes, entre otras cuestiones.
El servicio consiste en la entrega de cajones limpios de frutas y verduras a los productores que
operan con los supermercados y luego retirar los bultos vacíos de estos centros de
comercialización masiva. En suma, es un operativo que busca minimizar los residuos de
cartón o madera.
La que propone este novedoso sistema es la firma IFCO (International Food Container
Organization), una empresa que mueve 50 millones de cajones en Europa y que ahora
está avanzando en Latinoamérica.
Para su implementación, primero se acuerda con las cadenas de comercialización
mediante compromisos de colaboración empresaria y luego, se extiende la oferta a los
proveedores de los supermercados.
Para Esteban Iconomópulos, se trata de cajones de gran resistencia (polipropileno), de
mayor capacidad que los convencionales y sumamente versátiles por su condición
de plegables. Así, es posible apilar en ISO pallets (1000 x 2000) a 2 metros de altura. En
un pallet caben 250 cajones plegados.
La operatoria de trabajo que proponen, beneficia tanto a la producción como al comercio
general. Al productor, porque su "packaging" no resulta afectado por la humedad, reduce
problemas sanitarios poscosecha y no altera las características organolépticas del
producto. Tiene menor costo en relación al volumen y merma, alta resistencia al estibado
en altura y fácil paletización. Ademas, al ser reticulado acorta los tiempos de
enfriado en cámara y reduce el costo de energía en el transporte. Su
condición de plegable también ayuda a ganar espacio en los depósitos de
almacenamiento. De acuerdo a los ensayos prototípicos de IFCO, ocupa la quinta parte de
los bultos tradicionales.
En tanto que al comercio le evita residuos -en casos contaminantes-, favorece sustancialmente la
visualización del producto mejorando las prácticas de control de calidad y permite
la exposición directa en los puntos de venta. También minimiza las mermas y
maximiza los espacios en las cámaras de conservación; permite un manejo
sencillo del paletizado en la descarga y de cajones vacíos plegados.
"Por otro lado, en un mercado interno frutihortícola poco 'estandarizado' como el argentino,
y donde existe una enorme dispersión de envases, cumplimentar este sistema de alguna
manera ordena por medidas, peso y calidades", argumentan los especialistas.