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Malezas: Cardo Ruso (Quenopodiácea Salsola kali L.) una maleza en plena difusión en el Valle de Lerma, Salta  Estas consideraciones preliminares tratan de advertir a profesionales, productores y autoridades del sector agropecuario sobre el problema real y potencial que significa la Quenopodiácea Salsola kali L. |
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La Quenopodiácea Salsola kali L. (especie cosmopolita, común en la región semiárida central de Argentina, hasta hace pocos años ausente en la provincia de Salta y en el Noroeste de Argentina) es una de las malezas más perjudiciales en cultivos estivales, montes frutales, pasturas perennes y campos naturales de pastoreo; así como en todo tipo de ambientes modificados antrópicamente, principalmente de la variante seca del área pampeana y región patagónica. No obstante ello, y a juzgar por las recientes excursiones botánicas con fines de herborización por el sector austral del valle de Lerma, y en el marco del estudio de las Quenopodiáceas para la Flora del Valle de Lerma (Proyecto de Investigación Nº 1344 del Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta) y del relevamiento taxonómico de semillas de malezas invasoras de cultivos que el autor viene realizando para la región, se pudo constatar la presencia de vastas y densas poblaciones de esta Quenopodiácea; lo que evidencia una reciente introducción en el Noroeste argentino y una nueva maleza para dicha zona y el valle de Lerma en particular. Según datos vertidos por productores agropecuarios de la localidad de Coronel Moldes (62 Km al Sur de la ciudad de Salta), la especie ingresó hace unos 10 a 15 años al flanco Sur del valle, mediante semillas traídas como impurezas en lotes de las de alfalfa, maíz y girasol por una empresa semillerista que anteriormente arrendó campos de propiedad de la Finca Ampascachi. Al parecer, durante dicho tiempo la especie se mantuvo confinada dentro de los límites del mencionado establecimiento, a partir del cual empezó su dispersión por el mencionado sector del valle, teniendo como límites del área de distribución el accidente topográfico conocido como Dorsal de Osma hacia el Norte (9-10 Km al Norte de Coronel Moldes), y los alrededores de Talapampa por el Sur. Sus nombres más comunes, y que la identifican justamente con sus características morfológicas, de hábito vegetativo y utilitarias, son: cardo ruso (por poseer hojas y brácteas florales con ápice punzante), yuyo volador, volador (al culminar su ciclo la planta se troncha a nivel del cuello y rueda con el viento), barrillera, barrilla, barrilla-borde, sosa (puesto que sus cenizas son fuertemente alcalinas). Giusti (loc. cit.) y Soriano (loc. cit.) describen 3 variedades: kali, hirsuta Hornem. y tragus (L.) Moq., diferenciadas por el tipo de apéndice que posee el cáliz (ala membranosa o carena dorsal cartilaginosa), y si aquel se halla o no cubierto por la hoja tectriz y brácteas florales. Al parecer solo la primera llega a Salta y al Noroeste argentino, lo que deberá confirmarse con futuras herborizaciones en la provincia. Salsola kali es una hierba de ciclo anual, estival, de 0,50 a 1,40 m de altura, muy polimorfa, con tallos glabros o hirsutos, con muchas ramificaciones, provistos de estrías de color blanco o rojizo, erguidos y tendido-difusos que dan a las plantas adultas aspecto globoso. Las hojas son simples, alternas, las inferiores largas y filamentosas, de 1 a 2 cm de longitud por 0,2 a 0,3 cm de ancho, las superiores más cortas: de 0,5 a 0,8 cm de longitud, todas atenuadas en el ápice formando una punta rígida y punzante. Las brácteas florales son de forma ovado-lanceoladas, casi triangulares, de 2-4 mm de longitud por 1-2 mm de ancho, con márgenes de color blanco, escariosas, ensanchadas en la base y con ápice agudo y punzante. Las flores son solitarias o reunidas de a 2 ó 3 en las axilas de las hojas superiores, aunque casi siempre una sola de estas flores produce semilla. El ciclo floral estéril se compone de tépalos calicinos, de horma oval, membranáceos al principio y cartilaginosos a la madurez, con un apéndice transversal en forma de ala membranosa y nervada, o bien con una carena cartilaginosa en el dorso. El fruto es un utrículo cónico, de 1,5 mm de longitud, con el ápice cóncavo, rodeado por las piezas del perigonio, adquiriendo aspecto aliforme. La semilla es de forma cónico-espiralada, de 1,8-2,2 mm de longitud por 1,4-1,6 mm de ancho. Con respecto a su comportamiento como maleza en cultivos en el Valle de Lerma, se ha notado que su agresividad es a veces extraordinaria, como lo prueba la fotografía que ilustra esta nota, donde la uniformidad y densidad de la maleza son tales, que parecieran mostrar un cultivo de la misma. En el Sur del área en cuestión se comporta como maleza de primer orden en ambientes antrópicamente modificados por cultivos y remoción de suelos, tales como banquinas de caminos, terraplenes de vías férreas, bordes de acequias y taludes de represas, alambrados, campos naturales de pastoreo y parcelas de cultivo de alfalfa, olivo, tabaco, frutales de carozo y maíz. El cardo ruso o yuyo volador se reproduce por semillas, que tienen alto poder germinativo, facilidad de desprendimiento de la planta y maduración rápida y escalonada, por lo que una sola planta produce varias generaciones por año. La germinación se inicia a fines de invierno o principios de primavera, tras un breve período de reposo, y aún cuando esté enterrada en el suelo a más de 10 cm de profundidad, prefiriendo suelos sueltos, de textura gruesa e incluso aquellos con cierto tenor salino; por ello su carácter invasor se desarrolla preponderantemente en los suelos citados, donde las semillas germinan fácilmente. Florece en verano y fructifica en otoño, manteniéndose con los frutos hasta fines de dicha estación. La dispersión de esta amenazadora maleza se realiza principalmente a través del viento, sobre todo cuando la planta se desprende de su sistema radicular a nivel del cuello, al final de su ciclo, y es arrastrada por el viento a grandes distancias, dispersando así las simientes. También suele dispersarse mediante agua de riego o escorrentía, equipos de labranza y de cosecha en general. La semilla puede permanecer viable en el suelo después de varios años, y aún cuando esté enterrada a bastante profundidad. Dadas las consideraciones expuestas, no se deben efectuar cultivos para semillas de granos en áreas infestadas con cardo ruso, y controlar estrictamente su dispersión mediante cosechadoras y máquinas de labranza. Como principales medidas de control mecánico se recomienda especialmente impedir la formación de semillas, arando los terrenos infestados, rastreándolos cuando estas plantas tienen pocos centímetros de altura, segando las plantas con guadañas o guadañadoras antes de que fructifiquen, para luego acordonarlas y quemarlas; o bien quemándolas directamente en otoño, antes de que empiecen a quebrarse. Cuando aparecen pocas plantas, se debe arrancar una por una y quemarlas. Al sembrar semillas de la especie a cultivar, cuidar de que sean puras. Desde el punto de vista del control químico, el cardo ruso es susceptible a los herbicidas 2,4-D, MCPA y 2,4-DB. En cereales, las plantas de entre 5 a 20 cm de altura se controlan con ésteres de 2,4-D a 320 gr. de equivalente ácido por hectárea; en alfalfares: plantas de hasta 20 cm de altura se controlan con 2,4-DB a 400 gr. de equivalente ácido por hectárea y con 600 gr. de equivalente ácido por hectárea los individuos de hasta 40 cm de altura. Trifluralina a 1000 gr. de principio activo por hectárea en presiembra e incorporando al suelo controla a esta maleza en los diversos cultivos en que se recomiende dicho producto. Sería deseable que los organismos técnicos nacionales y provinciales, ligados a la lucha contra las malezas, intervinieran seriamente en este asunto, antes que la especie se propague aún más, y sea difícil o imposible erradicarla de Salta.¤ |
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Por Julio Alberto Tolaba Herbario MCNS Facultad de Ciencias Naturales Universidad Nacional de Salta Buenos Aires 177 - (4400) Salta jtolaba69@hotmail.com Fotos: www.viarural.com.ar |
