Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Plagas:
Control de roedores en granos y raciones

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Estas plagas inteligentes, fecundas y adaptables presentan un gran reto al ingenio de agricultores, ganaderos e industriales.
Las fábricas de alimentos para animales brindan a los roedores una enorme provisión de sus tres requisitos básicos: alimento, agua y albergue. Las fábricas de raciones y las bodegas de granos de Centro y Sudamérica tienen que lidiar con algunos roedores nativos (tales como Calomys spp. y Oryzomys spp.) de la familia Cricetidae, pero sus problemas principales son causados por las tres especies comensales y oportunistas de distribución mundial, el ratón casero (Mus domesticus) y dos tipos de ratas, la rata negra (Rattus rattus) y la rata parda (Rattus norvegicus). Su capacidad para medrar ante la presencia del hombre (comensal significa 'quien come en la misma mesa') los hace muy exitosos a costas de las industrias ganadera y de granos.
La biología de estos animales parece ser causa de su enorme éxito en la vida, y por ello los administradores de graneros deben conocerla a fondo para poderlos combatir. Los roedores se reproducen con gran rapidez, son muy adaptables, y consumen o destruyen enormes cantidades de alimentos en relación con su peso. Alcanzan la madurez sexual a los dos o tres meses de edad, y durante su primer año producen 6 a 7 camadas de 6 a 10 crías.
La rata parda es excelente excavadora, y la rata negra es consumada trepadora. Escala los muros, las cañerías, cables y alambres, y se mueve por las vigas, lo cual le ha granjeado el nombre de "rata de los tejados".
Ya que consumen 25 a 30 gramos de alimento al día (10 a 15% de su peso), las ratas significan enormes pérdidas para los operadores de las plantas mezcladoras de piensos. Una población de 100 adultos de la rata negra (Rattus norvegicus) que consumiera un promedio de 28 gr. diariamente podrá consumir una tonelada de grano o de raciones por año.
Los ratones aventajan a las ratas en el ramo de la reproducción. Las hembras llegan a la madurez sexual cuando tienen apenas seis semanas de edad, su gestación dura de 19 a 21 días, y son capaces de producir camadas de 4 a 8 crías cada 25 días. Pesan solamente 15 gr. y tienen 60 a 90 mm. de longitud por lo que pasan por un agujero de 6 mm. de diámetro. Es muy difícil impedir la entrada de los ratones caseros. Consumen menos de 2-3 gr. por día, pero roen incesantemente, consumiendo sólo parte de lo que muerden, y por ello arruinan una proporción mayor del alimento. Requieren muy poca agua y son capaces de sobrevivir con la humedad contenida solamente en el grano, a diferencia de las ratas que necesitan beber agua.

Daños de los roedores
Los daños de los roedores en los graneros son extensos. Sus actividades no sólo causan pérdidas inmediatas de productos, sino también otros perjuicios por menoscabo de estructuras y la transmisión de enfermedades. A grandes rasgos, pueden clasificarse como sigue:
•Estragos primarios por destrucción de granos y alimentos elaborados.
•Pérdidas secundarias por contaminación de granos y productos con pelos, heces y orina, más los daños a los productos terminados por la humedad, polvo y basura que entran en los sacos y recipientes roídos. Una población limitada (10 adultos) de R. rattus o R. norvegicus produce el equivalente de 146.000 heces y 54 litros de orina al año.
•Daños terciarios por la invasión de plagas de insectos como escarabajos y gorgojos que penetran en los granos quebrados y humedecidos por las acciones de los roedores, así como el ataque de ácaros y mohos que pueden producir micotoxinas.
•Deterioro de edificios y estructuras a través de roeduras y escarbado de túneles, además de daños a sacos, cañerías y cables eléctricos.
•Transmisión de enfermedades a animales domésticos y a trabajadores de las fábricas. Especies del género Rattus son depósitos naturales de enfermedades producidas por virus, bacterias, ricketsias y protozoarios, tales como tifus, salmonelosis, fiebre hemorrágica, leptospirosis y mal de Chagas.
•Son fuentes de infestación para áreas y operaciones adyacentes, cultivos, almacenes y establos.
•Rechazo de ingredientes y piensos terminados por los clientes debido a las especificaciones de los programas nacionales y regionales sobre la calidad de productos alimenticios.

Manejo integrado de roedores
Las infestaciones dentro de las plantas de alimentos y en sus alrededores deben atacarse con estrategias de control integrado. Es necesario comenzar con la premisa que el ambiente de la fábrica es por naturaleza atractivo para los roedores, y que es necesario no sólo eliminar las poblaciones presentes, sino también alterar las condiciones para no atraer más invasores.
Las cuatro etapas de este proceso son:
•Higiene general
•Protección de los espacios
•Recuentos e inspecciones
•Aplicación de medidas de combate.
Es posible disminuir la atracción que sobre los roedores ejercen las plantas elaboradoras reduciendo los derrames de ingredientes y de productos elaborados, y manteniendo limpios de residuos las tolvas y equipos de elaboración. Eliminar los escondrijos y acumulaciones de basura para evitar que los roedores se escondan y aniden dentro de la planta, así como eliminar o hacer inaccesibles los depósitos en que las ratas beben agua dentro de la fábrica, aunque esto último no es eficaz contra los ratones.
Un espacio "a prueba de roedores" debe excluirlos totalmente y durante períodos prolongados, dada su gran fecundidad. Es necesario diseñar y mantener las estructuras y materiales de la planta para lograr la exclusión total de los roedores. Para evitar el ingreso de los roedores al edificio, es necesario instalar resguardos alrededor de cables y cañerías, e interrumpir las superficies rugosas de mampostería o ladrillo con bandas de cemento liso con pintura lustrosa. Proteger las aberturas y rejillas de ventilación con malla de 6 mm, metal expandido de calibre 24 ó tela metálica galvanizada de malla siete por pulgada (2.5 mm). Instalar placas de protección de metal calibre 20 de 30 cm de altura en la cara inferior externa de las puertas para evitar que los roedores desgasten las esquinas.
Clausurar toda abertura de ingreso a alturas menores de 90 cm, ya que las ratas pueden saltar a 75 a 90 cm de altura. Es esencial el mantenimiento de conservación de cimientos, mampostería, muros de ladrillo y tejados obstruyendo todo claro mayor de 6 mm, el límite de penetración de los ratones.
El control eficaz debe comenzar con la identificación apropiada del problema, por medio de recuentos e inspecciones. Es necesario saber cuál especie es la invasora, la magnitud de la infestación (en el espacio vertical y horizontal) y su población. Consecuentemente, hay que averiguar qué factores han precipitado la infestación (fuentes de agua y/o alimentos, rincones para anidar). Conviene estudiar también las áreas cercanas para determinar la migración de los roedores, en caso que estén abandonando un habitáculo silvestre para convertirse en comensales dentro de la planta industrial.
Se deben conocer los detalles de cualquier tratamiento previo de control, además de identificar cualquier oportunidad de entrada para los roedores que no hubiera sido identificada antes. Los roedores son usualmente nocturnos, por lo cual la evidencia de su presencia serán las señales de sus actividades, ya que no siempre hay observación visual de los animales; como por ejemplo: excrementos, roedores muertos, frotes y marcas grasientas, huellas de sus patas, grano dañado, agujeros, nidos, sacos agujereados, pelos y sitios en que los ratones suelen orinar.

Raticidas
Seleccionar las medidas de combate con base en los recuentos e inspecciones. Los métodos de control pueden incluir trampas y depredadores, pero por lo general son a base de compuestos químicos. La eficacia del control químico de los roedores depende no solamente de la acción y potencia del ingrediente activo usado, sino también su formulación y localización, presentación y naturaleza del cebo, y su sabor y aceptación por los roedores.
La actividad de los raticidas se clasifica como aguda, subaguda o crónica.
El sulfuro de cinc y otros raticidas de acción aguda que causan una muerte rápida adolecen del problema de la "aversión al cebo" que desarrollan los roedores, y también representan un serio peligro para otros organismos que no son plagas. Los raticidas crónicos, los cuales poseen una acción anticoagulante de la sangre que toma varios días para causar la muerte forman el arma principal en el control químico de los roedores desde 1950, cuando la empresa Sorex de Gran Bretaña introdujo comercialmente un producto a base de warfarina.
Estos anticoagulantes de primera generación se usaron con preferencia durante más de 20 años. Se presentaban con estrategias "de saturación" con un número máximo de estaciones cebadas distribuidas siguiendo recuentos muy detallados y renovadas con frecuencia, de manera que los roedores tuvieran un acceso amplio a los cebos, aunque no comieran extensamente en un solo punto o en un solo día.
La aparición de resistencia o "insensibilidad" a la warfarina y otros anticoagulantes de primera generación en las poblaciones de roedores (especialmente los ratones) estimuló investigaciones en búsqueda de nuevos anticoagulantes más poderosos, de manera que eventualmente apareció una "segunda generación" de anticoagulantes.
En la década de los años 70, en sus instalaciones de investigación y desarrollo de Gran Bretaña, Sorex descubrió ingredientes activos nuevos y más poderosos, como difenacum y brodifacum, los cuales inauguraron un nuevo capítulo en el control de los roedores. La potencia y mayor eficacia de brodifacum hizo posible el concepto del cebado "pulsado", mediante el cual se colocan cantidades reducidas de cebo a intervalos semanales. Los individuos dominantes y los menos ariscos (que no tienen "neofobia" o miedo de lo desusado) consumen el cebo y mueren antes de la colocación de una nueva cantidad de cebo, el cual es consumido por los roedores que fueron apartados por los dominantes o por su neofobia. Se prosigue con nuevos "pulsos" de cebo envenenado hasta controlar completamente la población.
Ya que el cebado pulsado requiere menos visitas de los operarios a los sitios, ofrece ahorros de producto y mano de obra que el cebado de saturación, y es base de la estrategia del uso de los raticidas anticoagulantes de segunda generación.

Presentación de los cebos
El cebado tiene que equilibrar la facilidad de acceso de la plaga con el poder de atracción y la seguridad en general. El control es más eficaz cuando los cebos están fácilmente accesibles, pero consideraciones de seguridad casi siempre requieren que el cebo sea ubicado en platos o cajas cubiertos, para la protección de otras especies.
Los ratones pueden sobrevivir sin tomar agua líquida, más no las ratas. En Sri Lanka ciertos estudios indicaron que el control de Rattus rattus era más eficaz cuando el cebo envenenado se colocaba en lugares adyacentes a fuentes de agua no envenenadas, pero otros estudios efectuados en Gran Bretaña con Rattus norvegicus y Mus musculus no confirmaron ese resultado.
Ciertamente, hay diferencias en especies y climas, y es posible que ventajas obtenidas al incrementar consumo de cebo cerca de los aguaderos pueden verse neutralizadas por el hecho que el agua fácilmente accesible es favorable para la supervivencia de las ratas en general.
La atracción y palatabilidad de los cebos es sujeto de intensa y contínua investigación, que procura determinar formulaciones especiales para los distintos hábitos de alimentación de las plagas. No existe un cebo único que sea preferido por todos los tipos de roedores, pero aquellas poblaciones que infestan las plantas de alimentos animales suelen preferir los cebos basados principalmente en los cereales. Es posible que estos animales acepten los cebos constituidos de granos sueltos, cuidadosamente distribuidos y presentados, con preferencia sobre su alimento habitual.
Formulaciones modernas tales como "Neokil" de Sorex resultan ideales en el control de roedores en las cercanías de las áreas de almacenamiento de grano. Este producto se basa en trigo integral "micronizado" (tratamiento instantáneo con microondas) para evitar su germinación y hacer su sabor más atractivo, el cual contiene 0.005% de difenacum acompañado de insecticida/fungicida para excluir los insectos y mohos del almacenamiento.
Al igual que la mayor parte de las formulaciones raticidas de Sorex,"Neokil" y "Sorex Brodifacoum Rat and Mouse Bait" (a base de granos sueltos) contienen Bitrex™, que es un aditivo extremadamente amargo, inaceptable para los seres humanos. Este aditivo ha sido auspiciado por Sorex dentro de la industria para incrementar la seguridad. Otras formulaciones atrayentes incluyen cebos de trigo quebrado y bloques de cereales con un bajo contenido de cera para incrementar su sabor, particularmente cuando existen problemas de rechazo de los cebos.
Para satisfacer el exigente gusto de los ratones se ha preparado un cebo llamado "Sorexa CD" basado en alpiste para canarios. Contiene difenacum y calciferol (Vitamina D), un raticida subagudo descubierto por Sorex en 1971. El calciferol actúa causando un desequilibrio del calcio. Para áreas donde es muy grande el peligro de contaminar otros alimentos con raticida, existe otra formulación llamada "Sorexa Gel" en forma de gel a prueba de derrames.
"En localidades como las mezcladoras de raciones, la abundancia de alimento puede disminuir la aceptación de los cebos por los ratones a tal punto que las formulaciones especiales no funcionan adecuadamente", dice el Dr. Roger Johnson, director gerente de Sorex. "Para esta situación estamos desarrollando un instrumento de doble acción para monitorización y control llamado "Sorexa Checkatube" que se basa en dos aspectos conocidos del comportamiento de los ratones: la curiosidad y el acicalado. Los ratones no pueden resistir el impulso de investigar agujeros y tuberías, y entran en el artefacto, donde se frotan contra un cepillo que les unta un raticida concentrado (brodifacum). Al salir del tubo descargan un dispositivo integral de enumeración. El raticida que les fue depositado dentro del tubo sobre el pelo es ingerido cuando se acicalan, y la muerte ocurre unos 4 a 10 días más tarde".¤

Por Terry Mabbett, Ph.D.
Reproducido con permiso de la revista:
Agricultura de las Américas,
Año 50, Nº 1
Colaboración: Alfonso Riccio


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