Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Forrajeras
Leucaena leucocephala:
un árbol forrajero para el NOA

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Leucaena leucocephala (Lam.) De Wit (leucaena, ipil-ipil, leadtree) es un árbol leguminoso nativo de las tierras semiáridas bajas de América Central y México. Fue introducido a las Filipinas y Hawaii durante el siglo XVII y actualmente se cultiva en todas las regiones tropicales de América, Asia, Africa, Australia y el Caribe, estimándose que su superficie cultivada mundial oscila entre 3 y 4 millones de hectáreas. Se la encuentra en estas regiones, en situaciones que van desde el nivel del mar a los 1700 mts de altura, en suelos neutros o moderadamente alcalinos y en condiciones de precipitación anual entre los 400 y los 1500 mm.
Es una especie de reconocido prestigio en referencia a ser una excelente fuente de Proteínas para ganado, tanto en verde como en seco. Su valor nutritivo es igual o mayor al de Alfalfa y su cultivo ha tenido gran importancia en programas de mejoramiento y recuperación de suelos, control de erosión y planes de reforestación.
Es un árbol (a veces adquiere porte arbustivo) de hasta 15 a 18 mts de altura, de rápido crecimiento con un tronco principal de 15 a 25 cmts de diámetro. Existen más de 100 cultivares de esta especie en el mundo. El cultivar “Perú”, que es el introducido en nuestra región NOA, se caracteriza por su buena producción de hojas con ramificación decumbente (hacia abajo), lo que lo hace muy susceptible al ramoneo animal. Su crecimiento es óptimo en condiciones de estaciones cálidas largas y húmedas, a pleno sol. En zonas de altura (por arriba de los 1000 mts) su tasa de crecimiento se reduce. Se desarrolla en una amplia variedad de suelos, pero prefiere los arcillosos o francos profundos, siendo bastante tolerante a sequía. Las temperaturas promedio que lo favorecen oscilan entre los 15 y los 28° C (promedio anual de 24° C).
Cuadro 1: Cobertura/ha de plantaciones de 2 y 3 años de L.leucocephala, en Llanura Subhúmeda de Tucumán, a una densidad de 1200 plantas/ha.
 Cobertura/planta (m2)Cobertura/ha (m2)
Plantación de 2 años2,19 a2628,00 (26 %) a
Plantación de 3 años3,94 b4728,00 (47 %) b
a,b: letras distintas por columna, indican diferencias significativas.
Entre las numerosas contribuciones que esta especie hace como recurso forrajero, mejorador de suelos, protector de cultivos como pimiento, café, cacao y vainilla, producción de madera, fijación de N al suelo (alrededor de 500 kgs/ha), etc., hay una no siempre apreciada, que puede en estos tiempos de crisis, contribuir positivamente: es una fuente importante de Energía. En estudios realizados en Centroamérica y Hawaii, su madera seca ha demostrado un valor calórico de 10.000 cal/kg (casi el 40 % del valor calórico del petróleo) y una plantación adulta de 400 has de Leucaena alimentó un servicio eléctrico, produciendo 11,6 millones de KWh/año, lo que reemplazó el uso de 22.000 barrilles de diésel.

Experiencias locales
Esta especie fue introducida en Tucumán hace casi tres décadas, realizándose a lo largo de este período, numerosas experiencias en la Facultad de Agronomía y la Estación Experimental. En lo que se refiere específicamente a su contribución como recurso forrajero, una de las investigaciones realizadas en la Llanura Subhúmeda Central de Tucumán, mostró que implantada en forma de macizo boscoso y mantenida mediante podas periódicas (a 1,00 m de altura), para no superar un diámetro de copa de 1,80 a 2,00 metros y una altura de planta de 2,00 a 2,20 mts, permitió una densidad superior a las 4.000 plantas/ha. La implantación se aconseja hacerla mediante plantines de 0,35 a 0,40 cmts de altura, durante el mes de Marzo. En ensayos realizados a densidades menores (alrededor de 1200 plantas/ha), se buscó determinar la capacidad productiva de este material. El manejo realizado permitió entre 4 y 5 podas anuales con la intensidad antes mencionada, demostrando ser una especie favorablemente adaptada a la zona, con una tasa de crecimiento y rebrote muy superior a la mayoría de las leñosas forrajeras nativas de la región. Los niveles de producción medidos, se indican en los Cuadros 1 y 2.
Cuadro 2: Producción de hojas y frutos (kgs Mat. Seca/ha) de L. leucocephala, en plantaciones de 2 y 3 años en la Llanura Subhúmeda de Tucumán, a una densidad de 1200 plantas/ha.
 MS hojas/plant. (en grs.)MS frut./plant. (en grs.)MS hojas/ha (en kgs.)MS frut./ha (en kgs.)
Plant. 2 años190,29 a158,50 a228,35 a190,20 a
Plant. 3 años478,23 b485,00 b573,87 b582,00 b
a,b: letras distintas por columna, indican diferencias significativas.
Si tenemos en cuenta que a lo largo del año esta especie puede rendir entre 4 y 5 cortes de similares producciones, se puede contar en una plantación de 3 años, con entre 2300 y 2900 kgs. de MS de hojas de alta calidad nutritiva más el aporte energético-proteico de unos 2500 kgs de vainas comestibles (frutos). La densidad indicada (1200 plantas/ha), permite además, controlando el volumen de la copa mediante poda, contar con una cobertura no superior al 50 % de la superficie (ver Cuadro 1), lo que permite el crecimiento de la pastura bajo el dosel arbóreo. Es importante tener en cuenta que las forrajeras herbáceas contarán con el aporte nitrogenado que la Leucaena realiza sobre el sistema, lo que trae aparejado mejor calidad y persistencia de la pastura.
La formación en bosque o macizo compacto es conveniente en el caso en que se utilice este recurso como material suplementario de los pastizales, mediante entrega artificial en comederos o áreas destinadas al consumo. Esta forma de suministro ha resultado particularmente beneficiosa en establecimientos de cría de pequeños rumiantes (caprinos y ovinos) en Centroamérica.
En condiciones extensivas y para ganadería mayor en nuestra región, consideramos que puede ser una especie a implantar con doble propósito, a densidades de 50 a 100 árboles/ha, para cumplir roles de alimento y sombra en un sistema pastoril donde la cobertura arbórea nativa haya sido severamente afectada por la tala. En este caso, las plantas serán defoliadas directamente por los animales, hasta una cierta altura. Es importante dejar independizar a las plantas madres para asegurar su permanencia en los potreros, dejando que la intensa semillazón que estas tienen (presenta vaina dehiscente), produzca la germinación de innumerables plantines en su área basal (una característica muy destacada en esta especie), los que servirán también de forraje bajo consumo directo.
Por todo lo expuesto, creemos que Leucaena leucocephala es un recurso forrajero que debe ser difundido a nivel de productores pecuarios de la Provincia, por su alto potencial alimenticio, su fácil implantación, su versatilidad tanto en macizo compacto, estructura de parque o como cerco sobre los alambrados y su futuro potencial energético y maderable.¤

Por Ings. Guillermo O. MARTIN (h) y Elsa E. VALDORA
Cátedras de Forrajes y
Silvicultura, FAZ, UNT


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