Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: Lic. Eduardo Willink
Trámite final para el ingreso de cítricos
del NOA a Japón

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La citricultura es una actividad productiva que ha adquirido en el NOA extraordinario desarrollo.
Baste mencionar que la superficie plantada creció un 23% entre 1995 y 1997, llegando a 29.000 hectáreas de limón, 9.300 de pomelo, y 10.700 de naranja.
En los últimos dos años, esa superficie se incrementó todavía en otro 15%.
Esto es bueno, porque se cuenta con una excelente calidad de fruta, pero genera consecuentemente excedentes difíciles de colocar, a menos que se abran nuevos mercados.
Uno de los más apetecibles -por sus precios- es Japón, que exige a nuestro país un tratamiento cuarentenario con frío para el ingreso de cítricos a su territorio, tomando en cuenta que Argentina es uno de los países que sufre la presencia de la mosca mediterránea de la fruta.


Las autoridades fitosanitarias nacionales solicitaron a sus pares orientales un protocolo para desarrollar las investigaciones sobre desinfección cuarentenaria de cítricos del NOA. Recibido éste en diciembre de 1995, se inició el plan de pruebas. Para ello, los citricultores del NOA, a través de la Asociación Fitosanitaria del NOA (AFINOA), se contactaron con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, para concretar las investigaciones exigidas. En junio de 1996 se firmó entre ambas entidades un convenio de mutua colaboración para llevar adelante el proyecto “Tratamiento con frío para el control cuarentenario de la mosca del mediterráneo para la exportación de citrus a Japón”. El 14 de junio último, el doctor Nobuo Saito, director de la División de Protección Vegetal del Ministerio de Agricultura, Forestación y Pesca de Japón, notificó oficialmente al gobierno argentino, la aprobación de las pruebas desarrolladas por la Estación Experimental. El éxito de este paso técnico, el más importante para la apertura del mercado japonés, generó singular expectativa entre los citricultores de nuestra región, que se preguntan cuándo se concretará finalmente la exportación de nuestra fruta al exigente mercado japonés. PRODUCCION conversó con el jefe del equipo técnico de la Estación Experimental, licenciado Eduardo Willink, para conocer, de propia boca, su autorizada opinión sobre el particular.

¿Cuál es la situación actual de la negociación con el país asiático?.
En estos momentos se está en la última etapa, de trámite administrativo, que les corresponde a ellos. La otra parte fundamental, la del desarrollo de las pruebas para los tratamientos cuarentenarios necesarios para la exportación de cítricos, fue completada a fines del año pasado. Durante las mismas, se hicieron pruebas de confirmación, con presencia japonesa. Enviaron en sendas oportunidades a técnicos del Ministerio de Agricultura, Forestación y Pesca, primero el doctor Fusao Kawakami, quien supervisó durante 10 días las primeras etapas de esas pruebas. Pudo experimentar la calidad de la fruta a inocular, la cría de la mosca del mediterráneo, el funcionamiento de la cámara de frío y la calibración de los sensores de pulpa de fruta. El segundo técnico, doctor Yukihiro Soma, también recorrió fincas cítricas y empaques, y supervisó la salida de pomelos y limones después de 19 días de tratamiento con frío, y de las naranjas con 21 días. El experto japonés revisó personalmente una buena cantidad de frutos, y analizó los registros de temperatura de todos los tratamientos. Una vez que se fueron, estudiaron toda la información y, en base a los resultados obtenidos, nos dijeron que las pruebas estaban aprobadas. Eso sucedió el 14 de junio del presente año; a partir de allí lo que falta es que el mismo Japón desarrolle todos los trámites internos, ellos hablan de una presentación ante el pueblo japonés, sobre la seguridad que tiene introducir cítricos desde la Argentina.

¿Cuánto tiempo estima que les llevará esa tarea?.
El problema es que ellos se toman su tiempo, son extremadamente minuciosos. Además hay trámites que están antes que el nuestro, de otros países, no se si sobre el tema cítricos, pero ellos para no crear expectativas, manifiestan que respetan rigurosamente la “cola”. Lo que sí dijeron es que había que seguir insistiendo desde el punto de vista político para agilizar la cosa, y eso es lo que hace el SENASA, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y la embajada argentina en Japón.

¿Cuáles fueron las exigencias japonesas para el tratamiento de los cítricos?.
Difiere para cada una de las especies a exportar. La temperatura tratamiento tiene que bajar los sensores en la cámara de los barcos, por debajo de 1.9ºC y después se puede mantener la temperatura durante 19 días para pomelos y limones a 2.2ºC. Para naranjas es también 2.2ºC pero durante 21 días. Esas son las temperaturas que ellos han establecido; lo que por su parte debía determinar Argentina es desde qué puertos se iba a exportar, si el tráfico iba a salir de nuestro país o Chile, si iba a ser en container, en tránsito o desde que partiera la mercadería.
También plantean que debe venir a la Argentina un oficial del Ministerio de Agricultura del Japón para establecer o certificar el comienzo del tratamiento cuarentenario. Una vez que el embarque llegue a Japón debe estar en aquel país un oficial de nuestro SENASA -ente a través del cual se han realizado todas las conexiones-, al menos durante los dos primeros años, para verificar la mercadería luego de abrir las fajas que verifican las temperaturas.

¿Cómo fue el contacto directo con los técnicos japoneses que llegaron a nuestro país?.
Fueron muy amables, muy agradables, nos felicitaron por el trabajo, no habían encontrado ninguna larva viva, que hubiera ocasionado el fracaso de las pruebas, y además la temperatura se mantuvo durante todo el desarrollo de la prueba dentro de los rangos establecidos previamente. No había nada para objetar, pero de todas maneras se tomaron 6 meses hasta anunciar la aprobación final.

¿Quién financió las pruebas?.
AFINOA, y es importante establecer que las cámaras costaron 70 mil dólares, y el personal y gastos varios insumieron otros 50 mil por año, de modo que el proyecto en su conjunto demandó 300.000 dólares.

Disculpe que insista, pero ¿cuándo cree usted que se iniciará la exportación de citrus a Japón?.
Vez pasada estuvo con nosotros la directora de Cuarentena Vegetal, la ingeniera Lourdes Fonalleras y nos comentó qué con Japón hay que ser cautos, no afirmar por ejemplo que para la próxima campaña ya todo estará arreglado. De cualquier forma, ella tiene la seguridad de que el próximo año se abrirá la exportación, aunque no sabe si será al comienzo, durante, o en el final de esa campaña.

¿Qué dimensiones tiene este mercado japonés para nuestros cítricos?.
No es demasiado grande en volumen, pero sí excelente en precio. Lo importante es que, una vez que se abra Japón, el mismo tratamiento que habilita la exportación de nuestras frutas, se extenderá a otros países del Sudeste asiático.

Lo saco abruptamente de este tema, con las disculpas del caso. Nuestro planeta sufre, como nunca antes, la posibilidad de una destrucción masiva de la vida humana no ya a través de armas convencionales, sino de la utilización terrorista de medios químicos o bacteriológicos. ¿Usted cree, como jefe de un servicio especializado en plagas de cultivos, que esa posibilidad se extiende al campo productivo?.
Hasta ahora no hemos considerado demasiado esa posibilidad, quizás ha llegado el momento de hacerlo. Este tipo de guerra biológica puede haberse hecho en pequeña escala, no por terrorismo, sino por intereses económicos. Se habló incluso alguna vez de que EEUU trató de hacerlo para combatir cultivos de coca, pero esto no se sabe a ciencia cierta. Ahora bien, hay una verdad incontrastable: se pueden “exportar” plagas, y en ese sentido nuestro país no es demasiado seguro, porque sus fronteras son extremadamente largas y difíciles de controlar. Las esporas de un hongo las puede traer cualquiera en sus bolsillos, y el daño ser importante. El SENASA, ya antes de que se llegara a esta sicosis colectiva de inseguridad que nos afecta a todos, había decidido extremar la vigilancia, instrumentando por ejemplo rayos para detectar material vivo en los equipajes. Podemos afirmar con absoluta certeza que los estrictos controles de seguridad han llegado para no irse por mucho, mucho tiempo, y que obviamente los referidos al control del campo productivo no serán una excepción, mucho menos si se tiene en cuenta que es un elemento que se torna esencial y hasta estratégico, en cualquier etapa bélica.¤

  
Por Ernesto Cepeda,
de Producción


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