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Historias de vida Cultivar palta es buen negocio  |
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C>uando se asume un emprendimiento con empuje, convencimiento en lo que se hace y enorme cariño, generalmente se gana la partida. Ejemplo viviente de esto lo constituye Francisco Esteban Mudat, un joven empresario tucumano que apostó todas sus fichas a la palta, el fruto que 20 años atrás, distaba de ser una realidad económica, al menos entre nosotros. Mudat supo avizorar las posibilidades del frutal al que los aztecas denominan aguacate y del que la ciencia ha determinado largamente sus propiedades vitamínicas. Montó con esfuerzo y obstinación un packing para cubrir la geografía nacional de palta tucumana, y propició el cultivo del producto que motiva desde hace dos décadas todos sus afanes. Con él conversó PRODUCCION, éste es el resumen de la charla.
¿Cómo nació su afición por la palta?. Me inicié en esta actividad en 1980, cuando tenía 18 años, y el cultivo de la palta estaba todavía en pañales en Tucumán. Usted me pregunta el porqué de mi acercamiento a este fruto, y la verdad es que hasta ahora no me había formulado este interrogante, creo que siempre me apasionó, sufría al ver que lo cosechaban con ganchos, golpeándolo demasiado, además se trabajaba con envases usados, un desastre. Aquel mismo año viajé a Chile, donde estaban notablemente adelantados en este tema con respecto a nosotros, me terminó de gustar la cosa, y entonces tomé, de una vez y para siempre, la resolución de hacer de ésta, la actividad de mi vida. Comenzamos con un trabajo manual, lento y tedioso, con tamañado a mano, y limpieza hecha a cepillo; en 1990 traigo un empaque desde Mendoza que era originalmente para peras, y tengo que adaptarlo, porque no había empacadora específica para palta -aún tenemos un déficit en ese aspecto-. Aquella vieja empacadora se fue adaptando, con la ayuda de un hombre que tenía más de 33 años de experiencia en el empaquetado de limones en una citrícola local, y hoy podemos decir con orgullo que realizamos un trabajo de excelente calidad. Pero retomo la historia de hace 20 años. Por entonces no había en Tucumán fincas con especies definidas, sólo unas pocas con la variedad Torre, y las demás silvestres, que se daban en los jardines de las casas. Actualmente hay varios productores con plantaciones de entre 10 y 50 hectáreas, que cultivan Torre y Hass, las dos variedades que mejor se comercializan en el mercado. Esto fue lo que nos llevó a invertir en el empaque, porque ahora sí se puede trabajar un volumen importante de fruta. ¿Cuál es en Tucumán la mejor zona para este cultivo?. Se da en toda la provincia, pero las zonas más aptas son Tafí Viejo, Lules, Famaillá, Monteros, Concepción, es decir todo el pedemonte desde la ruta 38 al Oeste, con suelos arenosos, ripiosos, y un bajo régimen de heladas. ¿Tiene idea de la superficie provincial dedicada a la palta?. Hoy debe haber unas 700 hectáreas en Tucumán, cada una de las cuales puede producir aproximadamente 12.000 kilos. ¿Usted es un productor fuerte?. Para nada. En lo personal, tengo nada más que 10 hectáreas, nunca se me dio por hacer una plantación mayor, porque hemos ido invirtiendo en empaque y no en producción. Crecimos en ventas, y ese crecimiento se tradujo en empaque, galpones, autoelevadores, camiones, camionetas, pero el próximo paso será invertir en tierras, deseo ser un productor de palta, es lo que más me gusta. ¿Compran el fruto sólo a gente de Tucumán?. No, también lo adquirimos en Colonia Santa Rosa (Salta), a Calilehua, y en la localidad de Yuto a Ernesto Martínez, y también un poco en Jujuy. Ahora también empacan limones... Efectivamente, en 1994 comencé con los limones, que tienen un procedimiento de empaque más complejo, como asimismo son diferentes los volúmenes, téngase en cuenta que pueden trabajarse miles de toneladas de citrus por día, en cambio la palta tiene una producción regulada. Pero tanto a la palta como al limón los trabajamos todo el año. ¿Cómo es el proceso de estos frutos?. En cosecha, la palta es muy distinta al limón, porque se trata de árboles de 10 ó 12 metros de altura, en los cuales, para bajar los frutos, hay que utilizar cañas provistas de tijera en la punta, con una manga para no golpear la fruta. Se cosecha con pedúnculo, que es repasado cuidadosamente en el empaque (hay un operario exclusivamente para esa labor), se vuelca luego en una cinta que la lleva a una preselección, donde es eliminada la fruta que no va a comercializarse; se la va secando, pasa a un cepillado y de allí a otra selección, donde se hace la distinción de calidad: comercial, elegido y superior y, finalmente, la fruta cae a una tamañadora, donde por calibre se clasifica en chica, mediana y mayor. Se coloca en cajas de 4 kilos, con 5 a 12 paltas según el calibre. El proceso del limón es algo más complejo. Llega la fruta del campo, se la vuelca en el bing (el extremo inicial de la máquina), donde hay una cinta de preselección; allí la gente saca la fruta que va a ir a industria, luego pasa por un lavado, se aplica un fungicida, pasa por el túnel de secado, se la encera, pasa a otro tunel de secado de cera (la cera es para dar brillo a la fruta e incorpora el fungicida para que no se pique); después pasa a otra selección donde se divide en 4 calidades: superior, elegido, comercial y común, se tamañea y se embala en caja o rejilla. ¿Hacia dónde van estos productos?. Tratándose de limones, las calidades superior y elegido se exportan, la comercial y común van al mercado interno, en tanto la palta se destina toda al mercado interno. ¿Cómo es eso?. Sí, para la palta tenemos 36 puntos de venta en el país, arrancamos en Neuquén, Bariloche, Bahía Blanca, Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, San Juan, Salta, Jujuy, el mismo Tucumán, donde atendemos las grandes cadenas de supermercados, lo mismo que en Salta y Jujuy. No llega al exterior, porque créase o no, el mercado interno tiene buen valor, conviene más que exportar. La única empresa que hizo este año envíos al exterior fue Calilehua, que mandó unas 500 cajas a Europa. Lo que sucede es que realmente hay poca producción nacional, al punto que Argentina importa palta desde México y Chile. ¿Por qué cree que sucede esto?. Falta cultura alimenticia para el consumo de palta. Argentina consume 150 gr/hab./año de palta, mientras en Chile sube a 3 kg/año, quizás se deba a aquello ya mencionado del escaso volumen de producción, consumimos lo que producimos y, cuando se dan esos "baches" productivos, importamos la palta desde México y Chile. ¿Cómo se vende el producto?. Por cajas, que pueden ser de 4, 8 ó 12 kilos. El precio varía de acuerdo a la época del año y calidad de la fruta. Hay épocas con grueso de producción, en las cuales está más barata; ahora por ejemplo, en noviembre, estamos en baja producción, entonces los precios son bastante buenos. Hoy una caja de 4 kilos se factura a los supermercados en 6 dólares, estamos hablando de $1, 50 el kilo, y una calidad superior. La elegida se vende a 5 dólares la caja, y una comercial entre $3,50 a 4. ¿Ustedes son en Tucumán los únicos empacadores de palta?. No, también existe una firma porteña que está asentada en Sauce Huacho, Famaillá, ellos además son grandes productores del fruto. ¿Por qué cree que hay poco cultivo?. Creo que por miedo a la fitotora, enfermedad producida por un hongo que pudre la raíz hasta hacer morir la planta. Esto fue un verdadero drama en el pasado, pero hoy existe tecnología de avanzada que nos permite luchar victoriosamente contra este temible enemigo, hay agroquímicos que cuidan a nuestro noble amigo. ¿Qué dimensiones tiene el packing y con cuántos operarios se manejan?. El galpón es de 3.200 m2 cubiertos, faltan todavía algunos detalles de terminación, pero estamos contentos con nuestra nueva casa, donde trabajamos más o menos mitad y mitad palta y limón, aunque nuestro fuerte y mi corazón están con la primera. ¿Cuáles son los planes?. Para 2001, exportar limones a Europa, tenemos compromisos formales con productores locales y, por supuesto, tratar de ser cada vez más fuertes en el tema palta. ¿Desea formular alguna reflexión para los productores del NOA?. Que busquen zonas aptas y cultiven palta, nuestro país va a consumir cada vez más este fruto, y es una verdadera picardía que la importemos. Para decirlo de una vez y clarito: el que cultive palta, hará buen negocio. |
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Por Ernesto Cepeda, de Producción |
