Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




AACREA:
CONSEJOS PARA ENFRENTAR
UNA ETAPA CRITICA
Eduardo Pereda (h), presidente de AACREA
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Los productores mejor preparados para enfrentar el actual contexto económico son aquellos que en los últimos años mantuvieron estables sus esquemas agronómicos de producción.
Ante la tendencia bajista que registran los precios de los commodities, el empresario agropecuario tiene que incrementar la productividad y eficiencia de las actividades desarrolladas en la rotación. No obstante, no se debe considerar a estos atributos como fines en sí mismos, sino como objetivos dentro de un planteo sustentable. De este modo, pensaremos nuestros esquemas de producción reconociendo que la fertilidad del suelo es un capital tan importante como la liquidez.
El ajuste y la revisión de inversiones son variables que habrá que tener muy en cuenta este año. Convendría recordar, también, que los retiros empresarios son a cuenta de ganancias, algo que puede estar ausente o disminuir mucho en 1999.
Toda exigencia debe iniciarse en la cabeza de la empresa, para luego trasladarse hacia los puestos jerárquicos y luego a los operativos. Se trata de la actitud más aconsejable para lograr una fuerte cohesión entre los integrantes del staff. Expresado de otra manera, el empresario deberá liderar un equipo de trabajo fomentando el compromiso y la motivación tras los objetivos de la empresa.
Asimismo, es recomendable capacitarse en forma permanente y compartir experiencias con otros empresarios. Intercambiar conocimientos con otros productores facilita la evaluación de las nuevas tecnologías que se nos ofrecen.

•Sustentabilidad agronómica
La sustentabilidad empresaria es condición necesaria pero no suficiente para asegurar una empresa viable durante la crisis. También se necesita un contexto de sustentabilidad agronómica para mantener rendimientos altos y estables en la secuencia de cultivos, que aseguren suficiente producción por vender.
El movimiento CREA nació hace 40 años con la inquietud del cuidado del suelo y del uso racional de los recursos. En esa época, con muchas menos herramientas que ahora, ya se buscaban sistemas agronómicos sustentables. En 1999, el contexto nos induce a apoyarnos en las tecnologías de procesos y en el manejo integrado de los recursos. Las aproximaciones integradas para el manejo de los nutrientes, herbicidas y plaguicidas ocupan cada vez más esfuerzos de investigación. Los avances tecnológicos recientes en biotecnología, tecnología satelital, agroquímicos, maquinarias, informática y agroclimatología, por ejemplo, han penetrado como cuñas ofreciendo nuevas soluciones que cambian los esquemas productivos. Estas tecnologías, bien manejadas, son aliadas de la eficiencia y de la productividad.
En esa línea de pensamiento, los atributos principales de la producción en un año difícil como el actual, serán: Eficiencia y racionalidad en la aplicación de las tecnologías. Esto incluye, por ejemplo, el empleo de fertilizantes solamente en los lotes en que se detecten deficiencias mediante análisis químicos y ante condiciones de suficiente humedad para aprovecharlos y reducir el riesgo de los cultivos. El uso de métodos de diagnóstico y la previsión de la incertidumbre asociada a la aplicación de las tecnologías es crucial.
Precisión. Significará manejar todas las tecnologías de cultivo -fecha de siembra, control de adversidades, etcétera- con oportunidad. No se puede errar, por ejemplo, en el momento de aplicación de herbicidas de escasa residualidad durante la implantación y crecimiento de los cultivos.

•Mirando el futuro
Si se saca la vista de la crisis y se mira a mediano plazo, en la agricultura se avizoran las siguientes características: Alta productividad con costos razonables. La tendencia a la baja en el precio de los commodities obligará a aumentar permanentemente los rendimientos, pero con sistemas de producción basados en el uso inteligente de recursos, que eviten los inconvenientes que enfrentan países del hemisferio norte, con esquemas intensificados en forma exagerada.
Producción "limpia", sin exceso de insumos. Esto supone llegar al equilibrio que impone la racionalidad para evitar el uso indiscriminado de agroquímicos que contaminan el suelo y las aguas.
Mayores potenciales de producción y cultivos con nuevas aplicaciones gracias al aporte de la biotecnología. En esta ciencia recién comienzan a verse los resultados. Pero habrá mucho más por conocer. Nos ofrecerá cultivos con nuevas aplicaciones industriales, como las farmacéuticas, que abrirán nuevas posibilidades a los productores, permitiéndoles salir de los clásicos commodities. La naturaleza del trabajo rural con estas "superplantas" cambiará.
Sistemas inteligentes y sistemas informáticos expertos. A la ya conocida posibilidad de maquinaria con sistemas de aplicación variable de agroquímicos o semillas se agregarán equipos con sistemas neurales, capaces de decidir cambios en tiempo real, por ejemplo, en la dosificación de productos.
Todo lo anterior provocará grandes cambios en la producción de los próximos años. La agricultura del siglo XXI será muy distinta a la actual, y se producirán violentos cambios en el tejido social rural, en la estructura sectorial y en el uso del tiempo por parte de los productores.
Como el futuro se construye desde el presente, es bueno abrir la mente para recibir estos cambios y aprovecharlos orientando la dirección de los acontecimientos en nuestro beneficio. En ese sentido, el intercambio entre productores, tal como se desarrolla en un grupo CREA, es una herramienta válida para enfrentar de manera ventajosa el desafío que se avecina.

Fuente: Clarín Rural
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